29 octubre 2005

TERROR ROMANORUM ET TERROR VENEZOLANORUM

Queridos todos:

Obligado es que en esta colectiva les narre un poquito nuestra experiencia visitando la ciudad de Zamora, capital de la provincia Castellano-Leonesa del mismo nombre. Zamora cumple con el canon de estas vetustas urbes de la península ibérica en donde cada tribu y cada cultura van dejando sus huellas. Desde el punto de vista histórico-demográfico, es el resultado de un cóctel de invasiones primero de celtas, iberos, y otros godos. Tras esas invasiones del norte por parte germana, Zamora pasa a ser territorio visigodo. Después viene la invasión Romana e inclusión en el Imperio hasta que aparecen los moros y se hacen de ella. Estando en manos del Islam sufre la Reconquista, es decir, la arremetida de las huestes cristianas, hecho que ocurrió en el año 747, cuando Alfonso I de Asturias, la recupera de los musulmanes, para ser de nuevo destruida por los árabes en el 879 por el Emir Mohamed y posteriormente volver a pasar a manos cristianas, con Alfonso II -El Casto, rey de Asturias- convirtiéndose, en la ciudad fortaleza más importante de los reinos cristianos. Después, en el siglo XV terminan rindiendo vasallaje a España; a la España fundada hasta hoy en día, por sus majestades católicas Fernando e Isabel. En tiempos de los Reyes Católicos, fue escenario de las luchas que la Reina Isabel mantenía por el trono. Allí se estableció la corte de Juana “La Beltraneja”, sobrina de Isabel la católica. Los zamoranos eran partidarios de los Reyes Católicos y fue en 1476, en la batalla de Toro o Castroqueimado, cuando se consolidó el trono de ellos al ser derrotado Alfonso V de Portugal, a la sazón, consorte de la Beltraneja. Hay que añadir, en el caso específico de Zamora, que estuvo bajo dominio francés durante la guerra de la independencia (1809-1813). Queda allí una calle muy importante llamada “La Rua de los Francos”

Después de este atrevido impúdico e imprudente resumen de 2000 mil años de historia, quiero destacar dos personajes de Zamora. El primero Viriato el inventor de la “guerra de guerrillas”. Se afirma que este personaje nació en tierras zamoranas, más concretamente en Torrefrades. Algo que me parece extremadamente dudoso pues estamos hablando de 150 años AC. Ni España ni Portugal existían. Lo cierto es que el sitio de nacimiento pertenecía inicialmente a alguna distribución celtíbera y luego a la romana Lusitania. Por eso también los portugueses le reclaman como propio. Viriato defendía su tierra que no era ni Roma, ni España ni Portugal. Los habitantes de la zona señalan “con exactitud” la cueva que le servía de vivienda en el teso de Várate; el cerro donde ganó una de sus batallas; o la ermita del Castillo (¿?), donde se llevaron a cabo varias de sus hazañas (¡). La llegada de los romanos irrumpió en la vida de aquellos pueblos iberos a los que asaltaban, asesinaban y esclavizaban. Viriato, ante aquellos acontecimientos se puso al mando de unos cuantos hombres, todos expertos en bandidaje pues era en gran medida su forma de vida, que llegarían a ser unos 10.000, para hacer frente al último invasor mediante la práctica de las emboscadas, obteniendo importantes victorias. Fueron tales en importancia y en número, que llenó de pavor al senado romano, “Terror romanorum” enviando contra él a sus mejores generales, siendo todos ellos igualmente derrotados. Tras casi ocho años de cruentas guerras (147-139 AC), los romanos firmaron la paz con ventajosas condiciones para Viriato, declarándolo el Senado “amigo del pueblo romano”. Pero... al llegar a España al Cónsul Servilio Cepión “se le vio el plumero” rompiendo el tratado, atacando a Viriato por sorpresa, teniéndose éste que retirar a Toledo. Viriato ya quería la paz y para lograrla, envía a tres de sus más prestigiosos capitanes para ratificarla: Audax, Ditalco y Minuro. Fueron recibidos con honores por Cepión, éste en lugar de paces les convenció para asesinar a Viriato, prometiéndoles que Roma les premiaría como se merecían por este servicio. A su regreso, irrumpieron los tres capitanes en la tienda de Viriato y le apuñalaron hasta su muerte. Cumplido el servicio los tres traidores se presentaron ante Cepión, a reclamar su recompensa, recibiendo por respuesta: “Numquam romanis placuit imperatorem a suis militibus interfici” (Nunca agradó a los romanos que un general fuera asesinado por sus soldados) frase que con el tiempo se transformaría y se haría célebre como: “Roma no paga traidores”. La bandera se Zamora, La Seña Bermeja, es la más extraña de cuantas existen, pues está formada por ocho franjas rojas sueltas al aire que parece un trapo hecho jirones y que representan las ocho principales batallas que ganó Viriato a los romanos, quien según la tradición cortaba un pedazo de franja de la capa roja del general romano muerto en la batalla y lo anudaba a su lanza, y una franja verde que agregó Fernando el Católico al añadir su fajín en agradecimiento a los zamoranos por la victoria de la batalla de Toro o Castroqueimado.

El otro personaje está muy relacionado con Venezuela: Diego de Losada. Este conquistador nació en 1511 en Rionegro del Puente (Zamora). A los 15 años entra al servicio de los Condes de Benavente para, 10 años más tarde, embarcarse a América junto con su amigo Pedro Reinoso. Alistado en Puerto Rico, entra a formar parte de las milicias de Antonio Sedeño, personaje un tanto oscuro que sin autorización real se dedicaba a conquistar territorios y a apresar indios para venderlos como esclavos. Esta circunstancia hizo que los hombres de Sedeño fueran siempre perseguidos por las tropas del Gobernador, Jerónimo de Ortal, que representaba a la Corona española. Los años al servicio de Sedeño transcurrieron en la costa de Venezuela entre los ríos Neveri y Unare, conocida popularmente como la Castilla del Oro por lo llano de sus tierras y por el oro de sus minas -las de Borburata-. A la muerte de Sedeño surgen dos facciones, una dirigida por Reinoso y otra por Losada. Meses más tarde, tras perder numerosos hombres por el hambre y las enfermedades, se dirige hacia la costa, para regresar en barco a Maracapana, en la costa oriental venezolana. Allí se dedicó al tráfico de esclavos. Por el año 1545 abandona el tráfico de esclavos y pasa al servicio de Juan Pérez de Tolosa, hombre honrado, gobernador de la ciudad de Santo Domingo. Al morir Pérez de Tolosa fue nombrado sustituto Villegas. Es entonces cuando se funda Nueva Segovia de Barquisimeto donde a Losada se le dan nueve encomiendas de indios y se le nombra alcalde de la ciudad. A finales de 1566 le insta el gobernador de Venezuela Ponce de León, para participar como capitán en la conquista del Valle del Miedo, la Tierra de los indios Teques. En 1567 fundó, en honor a la patrona de su lugar de nacimiento, la villa de Nuestra Señora de la Caraballeda, pero, sobre todo, su mayor gesta fue la fundación de la ciudad de Santiago de León de Caracas, la capital de Venezuela. Al morir Ponce de León pidió ser nombrado gobernador de Venezuela, pero en su lugar lo fue Francisco Hernández de Chávez, (ojo con este apellido) quien solo hacía un año que estaba en Santo Domingo. Por ese motivo elevó una súplica a Felipe II, que, al parecer, nunca llegó. Poco tiempo después a finales de 1569 muere en Borburata (Venezuela). Por lo visto al pobre Diego de Losada, le cayó, también la pava (gafe) del Chávez de su época así como hoy en día el innombrable presidente de la actual republiqueta bananero-bolivariana no solamente es una pava para sus ciudadanos sino un verdadero “Terror venezolanorum” No me extrañaría que se le ocurra imitar la bandera zamorana y cambiar el tricolor nacional por una de 8 franjas rojas (su color político) una por cada año que lleva “encaramao en el coroto” y una verde claro, color manzana, mezcla de los colores de los partidos de la cuarta república que cocinaron la posibilidad de su llegada al poder...

El viaje hasta Zamora lo hicimos en tren. Una verdadera delicia pues te permite disfrutar del paisaje sin el stress de conducir el coche y con la certeza de llegar al tiempo indicado. Atravesar el campo del Pardo, El Escorial y la sierra madrileña es algo extraordinario. La visión de los ciervos y venados por el campo le dan un toque de fantasía a la travesía. Luego el paisaje de los agostados campos de la llana Castilla con la oportunidad de apreciar las murallas de Ávila y el grandioso castillo de Medina del Campo, son un inigualable abrebocas preparatorio para visitar Zamora. Y todo ello disfrutado desde tu asiento al tiempo que degustas una copa de buen vino de la ribera del Duero. El trayecto dura 3 horas desde la estación de Chamartín. Por razones de comodidad suelo elegir un hotel cercano a la estación del tren y al centro de la ciudad. En esta oportunidad no fue posible pues la estación distaba mucho del centro histórico de la ciudad. Tuvimos mal tiempo solo el primer día el resto incluso salió el sol. Tomamos un taxi que nos llevó al hotel y de allí como quien cae en un resorte, a la Plaza Mayor para comenzar nuestra visita.

El núcleo antiguo de Zamora esta ubicado al oeste de la ciudad, localizándose la Catedral en su extremo más occidental y la Plaza mayor casi en su extremo oriental. Impresiona la cantidad de iglesias y conventos de estilo Románico que allí existen y que se pueden visitar. La Catedral, es de apariencia pesada, un verdadero “pasticho” de estilos arquitectónicos y adolece del mismo mal de las otras Catedrales de España: El coro en el medio de la nave central, quitando de esta forma la dimensión y profundidad del templo. La sillería del coro puede tener mucho valor artístico pero es un estorbo visual. Como monumento es el menos “puro” si bien en su interior pudimos apreciar el museo diocesano lleno de arte religioso preciosista y recargado y una excelente colección de tapices oriundos de las mejores y primitivas fábricas de Flandes. Llama la atención la cárcel que se encuentra dentro de la Catedral, privilegio que gozaba el Sr. Obispo quien antes de mandarte al infierno te podía dar unos cuantos años de cárcel normalmente por pecador, apóstata o hereje, o más sencillamente por no pagarle el diezmo que era lo más común. ¡La iglesia, la iglesia.... siempre la iglesia! Se aprecian también las murallas de la ciudad que datan de los siglos XI y XIII. Tres eran los recintos amurallados que constituían la defensa de la ciudad, no en vano Zamora es llamada en el romancero "la bien cercada". Parte integrante de las murallas es la llamada “Puerta Optima” que conectaba con el desaparecido puente romano (quedan solo ruinas) y al lado de esta puerta encontramos la Casa del Cid Campeador, pues fue aquí, sobre el año 1060, en la iglesia de Santiago de los Caballeros donde fue nombrado caballero siendo doña Urraca su madrina de armas.

Entre los espectáculos que Zamora regala anualmente a la humanidad esta la Semana Santa. Recordemos que solo son 4 las Semanas Santas reconocidas como de Interés Internacional: Sevilla, Málaga, Valladolid y Zamora. El otro espectáculo es la competencia entre los mejores belenistas de España. De hecho pudimos ver en una de sus iglesias Románicas como ya estaban preparando el nacimiento de este año. Es pues una labor que les lleva todo el año entre diseño y ejecución. En el viaje de regreso vimos poco paisaje pues era de noche pero vimos una película en el tren que realmente me gustó pues trataba sobre lo que ocurre en muchas Corporaciones. Un fuerte abrazo y hasta la próxima.
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TITULO: El terror de los romanos y el terror de los venezolanos

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