28 mayo 2006

HUAÑUCHUN YANKIS

Queridos todos:

Reconozco que últimamente padezco de una atípica alergia a los telediarios y prensa en general. No termino de ver o leer la noticias cuando me asalta un incontrolado cabreo. De entre ellos, el que me produjo la reunión entre Morales y Chávez, allí en el nido de la droga cuando el indígena presidente boliviano declaró este viernes que: "Esta lucha va a continuar, hay mucho que hacer, y quien dice que se deteriora la democracia, está equivocado", sostuvo en alusión al vaquero Bush, de quien dijo que "parece que quiere ver a la democracia boliviana sometida". Y repitió su creencia, o mejor dicho, puso en práctica la estrategia aprendida de Castro y Chávez, de que existe una conspiración en su contra. Cuando terminó su discurso con un grito en quechua: "Huañuchun yanquis" (que se mueran los yanquis), ya la bilis me salía por las orejas... Ahora entendéis por qué esta Colectiva no comienza con el habitual latinazo.

Reunidos en el fortín de la región cocalera del Chapare, Chávez y Morales, encargados por el azar de mantener vigente la maldición de Torquemada, establecen alianzas pero sin olvidar lanzar duras críticas a los Estados Unidos (aparentemente el culpable de todos los males de este mundo). Y en un acto en el Palacio de Gobierno en el que también participó el vicepresidente cubano, Carlos Lage, firmaron 16 convenios de cooperación que serán 100% financiados por la Venezuela bolivariana en “beneficio de Bolivia” y así, sentimentalmente abrazaditos, anunciaron que sus países están por la labor del socialismo para combatir la política "imperial" de Estados Unidos... ¡Y dale que te pego!

Algo, desde luego, propio del mas barroco surrealismo de la zona tórrida, pues al mismo tiempo que el Banco Central de Venezuela muestra ¿por primera vez en la historia? Números rojos, ¡sí rojos! (quizás para estar más acorde con el color del socialismo bananero) el sátrapa de Sabaneta promete al “pueblo boliviano” la compra de bonos del Tesoro General de la Nación de Bolivia por parte de Venezuela, por un valor de 100 millones de dólares, y la creación de una sociedad entre las estatales petroleras de ambos países para explorar y explotar hidrocarburos en Bolivia a la vez que “asistencia técnica” a estudiantes, profesionales y militares bolivianos; es decir, adoctrinamiento salvaje. Por supuesto todo este sainete tercermundista lleva la bendición del cubano quien se derretía alabando los acuerdos boliviano-venezolanos y sostuvo que, contra los males del capitalismo, las revoluciones cubana, bolivariana y de los movimientos sociales de Bolivia "prueban que otro mundo es posible, necesario y urgente". Revolución cubana cuyo mayor logro económico no ha sido la apertura del mercado sino la apertura de piernas de las pobres cubanas a turistas con ojos saltones... y lograr ubicar a Castro como el 7º en el ranking de los millonarios de este mundo. “Otro mundo es posible...” ¡Manda h...! es decir un mundo lejos de Estados Unidos y de su “American way of life”. Aunque parece que ese “otro mundo” no le cuadra bien a Chávez, pues, no deja de venderle petróleo venezolano al “imperio del mal” para que este tenga la energía suficiente para continuar desangrando y empobreciendo a los “subyugados”, “nobles”, “entregados”, “ordenados” y “laboriosos” pueblos del tercer mundo, principalmente los latinoamericanos y de esa manera bloquear la aparición del mentado “otro mundo posible...” ¡Menudo sadismo el de Chávez! Si mal no recuerdo la picota en Caracas estaba por el barrio de la Pastora...

Ya lo decía Carlos Rangel en su obra “Del buen salvaje al buen revolucionario”: El mayor héroe de América Latina, Bolívar, escribió en 1830: “He mandado veinte años, y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos: 1. la América (Latina) es ingobernable para nosotros; 2. el que sirve una revolución ara en el mar; 3. la única cosa que se puede hacer en América (Latina) es emigrar; 4. este país (la Gran Colombia, luego fragmentada entre Colombia, Venezuela y Ecuador) caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles de todos los colores y razas; 5. devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos; 6. si fuera posible que una parte del mundo volviera al caos primitivo, éste sería el último período de la América (Latina)”. En esos seis puntos de Bolívar está condensado en su forma extrema el pesimismo latinoamericano, el extremo juicio adverso de los latinoamericanos sobre nuestra propia sociedad. Pero vale la pena subrayar que por lo menos algunas de las profecías desesperadas de Bolívar se cumplieron al pie de la letra, por lo cual no se las puede atribuir únicamente al estado depresivo de un hombre envejecido, decepcionado y amargado, sino que son apreciaciones en las cuales están presentes toda la agudeza sociológica y toda la visión política del Libertador. Desde 1830 hasta hoy se acumulan otros datos y otros puntos de referencia, adicionales a los disponibles para Bolívar al formular su juicio sobre el futuro de Latinoamérica:
1. El éxito desmesurado de los EE.UU., en el mismo “Nuevo Mundo” y en el mismo tiempo histórico.
2. La incapacidad de la América Latina para la integración de su población en nacionalidades razonablemente coherentes y cohesivas, de donde esté, si no ausente, por lo menos mitigada la marginalidad social y económica.
3. La impotencia de la América Latina para la acción externa, bélica, económica, política, cultural, etc.; y su correspondiente vulnerabilidad a acciones o influencias extranjeras en cada una de esas áreas.
4. La notoria falta de estabilidad de las formas de gobierno latinoamericanas, salvo las fundadas en el caudillismo y la represión.
5. La ausencia de contribuciones latinoamericanas notables en las ciencias, las letras o las artes (por más que se pueden citar excepciones, que no son sino eso).
6. El crecimiento demográfico desenfrenado, mayor que el de cualquier otra área del planeta.
7. El no sentirse Latinoamérica indispensable, o ni siquiera demasiado necesaria, de manera que en momentos de depresión (o de sinceridad) llegamos a creer que si se llegara a hundir en el océano sin dejar rastro, el resto del mundo no sería mas que marginalmente afectado."

En fin unos “paisitos” (expresión de Don Octavio q.e.p.d.) que siempre buscan a un “culpable externo” para explicar su situación actual de miseria política, económica y moral y que esperan de un “Mesías externo” capaz de sacarles de esas miserias. Primero España, ahora los Estados Unidos: He aquí los dos culpables de la miseria Latinoamericana. Afirman ellos. Quinientos años después: España y Estados Unidos los dos mayores inversores en aquellas tierras. Inversiones para generar trabajo y riqueza a sus ciudadanos.. pero ¡Ay mísero de mí! También generan riqueza a los empresarios que son quienes asumen el riesgo de invertir. Y Como esos empresarios “ganan mucho dinero” resulta, al final del día, que debido a ello son unos “execrables explotadores de la clase obrera latinoamericana” ¿Y quien arregla el entuerto? Pues lo gritan uno detrás de otro, todos esos innumerables políticos cantamañanas: ¡Un socialismo! Pues el capitalismo es una nefasta máquina productora de ricos... Este pensamiento es el que “mutatis mutandi” esgrime toda esa caterva de gobiernillos “tiranuelos” socialistas-populistas de L.A. independientemente que hayan logrado el poder democráticamente o no y ese discurso “cala” universalmente en las mentes del gran público que con júbilo y candente deseo de “justicia” manifestará masivamente frente a las embajadas de esos países y destrozaran los establecimientos de los oprobiosos explotadores: Mc Donald, BBVA, Citibank, Santander, Repsol, Texaco, etc, etc... Y todo esto es una reconocida herencia del perverso “gen político” que se originó en la Revolución Francesa y que aún se mantiene vivo en Francia. No hay país en el mundo donde sus cuidadnos sean, casi de nacimiento antinorteamericanos y antiliberales. “Libertad, Igualdad y Fraternidad” si, ¿pero de qué? ¿será la del costalero que se agacha? Sin embargo, esos ciudadanos parecen olvidar que en la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos sólo en la batalla de las Ardenas -en Francia- perdieron 70 mil de sus mejores hombres. Y lo notable de este imperialismo norteamericano es su disposición a no conservar los territorios ocupados cosa muy distinta el imperialismo soviético que al establecerse creció en el siglo XX, como lo hizo el francés o el inglés en el siglo anterior. Además, terminada la guerra los norteamericanos ayudan la reconstrucción de Europa con el famoso plan Marshall, mientras que los soviéticos mantenían en la destrucción a los subyugados países del este. Los norteamericanos invirtieron en Europa, ese fue el desembarco de la Normandia económica y ¿que hicieron los soviético? Esclavizar a toda la URSS en la única industria de la cual “vivían”, la militar y exportar “La Revolución” a todos los desheredados pueblos de África, América Latina y sudeste asiático.

Para terminar esta agria colectiva, vuelvo al citado libro de Rangel: “uno de los primeros intelectuales hispanoamericanos (Carlos Fuentes) podía escribir: “Existe (para la América Latina) una perspectiva mucho más grave: a medida que se agiganta el foso entre el desarrollo geométrico del mundo tecnocrático y el desarrollo aritmético de nuestras sociedades ancilares, Latinoamérica se convierte en un mundo prescindible para el imperialismo. Tradicionalmente hemos sido países explotados. Pronto ni esto seremos: no será necesario explotarnos, porque la tecnológica habrá podido—en gran medida lo puede ya—sustituir industrialmente nuestros ofrecimientos monoproductivos. ¿Seremos, entonces, un vasto continente de mendigos? ¿Será la nuestra una mano tendida en espera de los mendrugos de la caridad norteamericana, europea y soviética? ¿Seremos la India del hemisferio occidental? ¿Será nuestra economía una simple ficción mantenida por pura filantropía?”. Como el de Bolívar, el pesimismo de Fuentes es insoportable para el amor propio latinoamericano. El mismo Fuentes pasa de esas reflexiones pavorosas al postulado de una acción revolucionaria, una ruptura indispensable para rescatar o crear una identidad latinoamericana menos lamentable, un proyecto modesto, pero propio y viable, que nos permita ser dentro del mundo, si no indispensables o distinguidos, por lo menos independientes. En todo caso, desde Bolívar hasta Carlos Fuentes, todo latinoamericano profundo y sincero ha reconocido, al menos por momentos, el fracaso —hasta ahora— de la América Latina.
Las colectividades humanas, enfrentadas con la realización de que otros formulan proyectos envidiables y los cumplen con éxito, pueden intentar la emulación, o bien el rechazo de los valores implícitos en los proyectos y los éxitos envidiados. También es posible (y este es el caso de América Latina) intentar la emulación, y al no tener el éxito esperado, refugiarse en la mitología como explicación para el fracaso e invocación mágica de un desquite futuro.”
Un fuerte abrazo a todos. Agur

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TITULO: Que se mueran los yankis -en quechua- (gracias a los misioneros españoles que aprendieron esta lengua indígena y conservaron gramaticalmente hasta nuestros dias)

21 mayo 2006

ALITER

Queridos todos:

Cuando estudiaba la Gramática en el Colegio utilizábamos el libro de G.M. Bruño. En el aprendí que los cánones gramaticales establecen que una carta había que comenzarla deseando y esperando la buena salud y el bienestar general de todos aquellos a quienes va dirigida. Pues eso, y para que veáis mi docilidad y apego a las reglas nacidas con Antonio de Lebrija, cumplo lo propio manifestándoles mi deseo y esperanza de que todos tengáis, al recibo de la presente, una excelente salud física, económica y espiritual que es resultado, ésta última, de las dos anteriores. ¡Qué bien he quedao!

Acto seguido, narrar el tema de la misma, que en la mayoría de los casos son los acontecimientos personales y familiares para mantener “al día” al resto de la familia y que algunos más desvergonzados también aprovechan para pedir prestado a algún familiar. He querido en esta colectiva ceñirme a ello y por eso comienzo diciendo:

Esta semana ha sido harto llena en eventos. En primer lugar, la cocina de nuestra casa está sufriendo una profunda transformación de ampliación, pues le estamos anexando un importante espacio exterior antes no utilizado. Y os podréis imaginar la cantidad de polvo que este tipo de aventuras hormigonadas ocasionan. Aunque, bueno es advertirlo, la mayor polvareda la ocasionó nuestro querido vecino quien puso el grito al cielo cuando se percató que habíamos tocado una columna común. Cuando hablé con él entré en pánico ante la artillería de argumentos y razones que me lanzó, entre ellos, que la casa pierde valor debido a que la vida útil de la misma se acorta; que le estaba impidiendo la posibilidad de él hacer lo mismo en el futuro, que si yo colocaba en ese punto un peso grande como el de una caja fuerte (¡?) entonces no resistiría; que el frente de su casa comenzaría a sufrir preocupantes agrietamientos; etc... Dado el respeto y autoridad que Oscar le inspira, se me ocurrió invitarle a mi casa para que diese un diagnostico del caso. El resultado fue que el problema lo tenía yo y no mi vecino. Ninguna de sus angustias tenía validez. Gracias a esta escena, Oscar me advirtió que el trabajo, necesitaba que la viga horizontal fuese soldada a la columna en discusión y además apuntalar con una viga vertical esa esquina que será la que reciba la carga. Y así se hizo. Ya veis, no debemos quejarnos de las sugerencias y reclamos de nuestros vecinos pues sin quererlo hasta nos ayudan.

El sábado pasado nos reunimos, atendiendo una invitación de mi cuñado Gonzalo y su esposa Blanca, que están de visita por los madriles. Los señores Castañeda junto con Anabella, su esposo e hijos también estuvieron presentes. La cita fue en el restaurante “las Tres Encinas” en la calle Preciados de Madrid. Fue un almuerzo muy agradable y para nuestra sorpresa, la mesa de al lado la ocupaba un grupo de venezolanos, de la familia Planchart si mal no recuerdo y por supuesto, ello generó una tanda de saludos y amapuches pues de esa mesa algunos conocían a varios de la nuestra. Todo un hermoso mogollón propio de los integrantes que aún quedamos de aquel glorioso país que se llamó República de Venezuela. Terminada la opípara sesión de comida, nos fuimos a dar un paseo, yo como guía turístico por el Madrid de los Austrias, en donde tuvieron la oportunidad de ver, entre muchas cosas, los frescos de Goya en la Iglesia de San Francisco el Grande y la Catedral de la Almudena que graciosamente ostenta en su interior, una hermosa capilla al fundador del Opus Dei al tiempo que ubica las estatuas de San Ignacio de Loyola, San francisco y San Juan Bosco en su verja exterior limítrofe con la calle de Bailén. La ubicación, en el lenguaje diplomático dice muchísimo. Y la Iglesia es Maestra en Diplomacia...

En su momento, correspondimos a esta grata invitación extendiéndoles una de nuestra parte a los esposos Prato-Muchacho. Nos reunimos en el restaurante la Cúpula de Alcalá de Henares. Recibe este nombre porque se encuentra situado en un antiguo Convento de Capuchinos Franciscanos Descalzos de Santa María Egipciaca, que fue construido en 1618. Su comedor principal ocupa la capilla y los otros dos comedores se encuentran en la sacristía y en la nave lateral. Desde luego, un precioso marco histórico y arquitectónico que nos acompañó mientras degustamos su exquisita comida. De allí, y repitiendo la experiencia de Madrid, les llevé a un paseo turístico por la Ciudad patrimonio de la Humanidad en donde destacó la visita a la Antigua Universidad, el museo Arqueológico y la judería o Calle Mayor en donde merendamos antes de llevarles de regreso a Madrid.

Esta semana hemos descubierto Navalcarnero, pueblo situado en el extremo oeste de la Comunidad de Madrid. Este pueblo, limítrofe con Segovia y hermanado con esa ciudad guarda en sus edificios, iglesias y monumentos un agradable sabor de antigüedad. Fue fundado en 1499 y obtuvo de Felipe IV, el título de "Villa Real" en agradecimiento por haber acogido su boda con doña Mariana de Austria. Este pueblo tiene gracias a los jesuitas una relación histórica con Alcalá de Henares, pues Pío IV otorgó la Bula de la anexión de la Iglesia Parroquial permitiendo con ello a los jesuitas construir un Colegio en Navalcarnero, dependiente del Colegio Máximo de Alcalá de Henares, pero fue tras la Bula concedida por San Pío V que los jesuitas toman posesión del lugar donde se levantaría el Colegio de la Compañía de Jesús que no fue otro que el cementerio de la Iglesia Parroquial. A este nuevo Colegio se trasladó el noviciado de los jesuitas del Colegio de Alcalá de Henares. Asimismo, al crearse el obispado de Madrid-Alcalá como desmembración de la archidiócesis de Toledo, Navalcarnero se convierte en cabeza de arciprestazgo de la nueva sede. El motivo de nuestra visita a Navalcarnero fue de prospección para una posible segunda Guardería. De esa manera nosotros, muy humildemente, ¡mira tu por donde! relacionaríamos, en caso que prospere nuestro proyecto, nuevamente a la Villa Real de Navalcarnero con Alcalá de Henares. ¡Qué cosas tiene la vida...!

Con tanto ajetreo no podía faltarnos una Opera. En esta oportunidad fuimos al Teatro Real a ver “Die Entführung Aus Dem Serail” (El Rapto en el Serrallo) de Mozart. Como de costumbre nos fuimos con la debida anticipación para tomar café en el Café de Oriente y de allí a la función. Con nosotros fue nuestra hija Isabel. Para ella fue la primera Opera que ve en su vida y para alegría mía, quedó muy bien impresionada. La Opera es desde luego un bello espectáculo.

Y hablando de lo bello, viene a cuento con todo ese revuelo del “Código da Vinci” Libro que no he leído y que me temo no voy a leer. ¿Por qué nos parece algo bello? ¿Existe una ley en la naturaleza o es mero subjetivismo del mono demente? Es un tema apasionante que ha ocupado a filósofos, matemáticos y artistas. Egipcios, griegos y más tarde en el Renacimiento, los artistas y pensadores, en un intento por comprender la Belleza del Universo, procuraron encontrar los cánones de las perfectas proporciones: medir y convertir en números el sutil equilibrio entre las partes y el todo. Pitágoras entendía la armonía como la unidad de las diversidades y la integración de las diferencias.

Hagamos un experimento: En un papel dibuja una línea recta de la dimensión que quieras. Después divídela en dos partes desiguales de tal forma que los dos segmentos te resulten equilibrados y proporcionalmente agradables. Si después mides cada segmento podrás verificar que el menor es aproximadamente el 62 % del tamaño del mayor. ¿Por qué? Pues no se sabe. Esto lo han tratado de explicar mediante el concepto de “La Proporción Divina” o “Numero de Oro”

El número de oro se representa por la letra griega (fi) en honor a Fidias, arquitecto del Partenón de Atenas. Fue Euclides quien introdujo la división de un segmento cumpliendo estas condiciones y lo definió así: “Se dice que un segmento está dividido en media y extrema razón cuando el segmento total es a la parte mayor como la parte mayor es a la menor.” O dicho de otra forma: dos valores A y B están en la proporción de oro si A + B es a A lo mismo que A es a B". Para ello parte de un cuadrado y divide en dos uno de sus lados. Ese punto lo une mediante una línea al vértice del ángulo opuesto, el tamaño de esta línea se añade al cuadrado a partir del punto medio establecido y se formara el lado mayor del rectángulo “divinamente proporcionado” Esa línea no es otra cosa que la hipotenusa del triangulo formado por el punto medio del cuadrado y las dos esquinas opuestas y su valor: La media de sumarle 1 a la raíz cuadrada de 5, es decir: 1,618034... ¡Bingo el número de Oro! Número irracional e infinito pues sus decimales nunca terminan. El Partenón muestra este número miles de veces.

Curiosamente, ésta proporción, considerada como la más armoniosa para la sensibilidad humana, se corresponde con las proporciones que nos presenta la naturaleza. La misma relación la encontramos entre las diferentes medidas de la cara; entre la anchura de la nariz y de la boca, o entre las distancias comprendidas desde el pelo de la frente hasta la base de la nariz y entre ésta y la barbilla, etc., También se observa en las ramas de los árboles, en los cristales minerales, en las conchas marinas, como en la espiral del nautilus... y más comúnmente, la podemos ver en la relación entre los ejes mayor y menor de un huevo de gallina. Deducimos de estas sorprendentes "coincidencias" que nuestra sensibilidad está condicionada ancestralmente por unas proporciones presentes en la naturaleza. Fruto de la observación humana a través de los tiempos, estas relaciones se han transformado en arquetipos, se han estereotipado. Por lo tanto, dada esta proporción, podemos entender que nuestra percepción de lo bello está supeditada a la armonía de las medidas, y explica que, a pesar de lo relativo del concepto de belleza, podamos considerar la existencia de algo próximo a la belleza absoluta.

El ideal clásico de la belleza era el hombre perfecto. Leonardo da Vinci establece el centro corporal en el ombligo, (hombre de Vitrubio) que divide al cuerpo en dos partes cuya relación también cumple la regla de la Divina Proporción. El rostro puede ser dividido en tres partes iguales, superior, media e inferior, correspondiéndose con la frente, la nariz y la boca. La oreja tiene la misma inclinación que la nariz y al mismo tiempo, oreja y nariz tienen la misma longitud que el dedo pulgar. El espacio comprendido entre los dos ojos equivale al tamaño del ojo, que a su vez, se corresponde con el tamaño de la base de la nariz. ¡Siempre presente la proporción divina! Seguiremos este tema en la próxima colectiva. Ya veo que no puedo escribir una carta “normal”. Abrazos para mis queridos lectores. Agur.


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TITULO: De otro modo

14 mayo 2006

HINC LACHRIMARUM VALLE...

Queridos todos:

España es rara; un grupo de “fieles” busca formar una cofradía y después de años de espera, llenos de ruegos, méritos y súplicas, las autoridades eclesiásticas dan la aprobación.... Las cofradías tienen una organización piramidal que no es otra cosa que una demostración de prestigio y poder; de exclusivismo. Ser costalero tiene precio. Cualquiera no puede estar ahí abajo llevando a hombros una imagen venerada. Terminada la Semana Santa, esos mismos costaleros, esos mismos cofrades seguirán siendo, en su vida diaria, ateos, beatos, agnósticos... y les importará España muy poco, al extremo que ni siquiera se molestarán en ejercer su derecho al voto en las próximas elecciones. Me admiro cuando algunas veces me entero de alguien que jamás ha ido a dar su voto en elección alguna. Y me cabreo cuando me entero que añade a su peligrosa irresponsabilidad política, una especie de orgullo y pavoneo por su reiterada abstención a las urnas. ¡Mentecatos! ¡estorbos sociales! Y además lo afirma como un logro, como un éxito, algo, nuevamente, exclusivo. Nadie les ha leído (él normalmente no lee) aquello de Platón: “A quien no le interesa la política le diremos que no tiene nada que hacer aquí...” Ese mismo elemento, costalero, peñero de fútbol, o taurino que deambula por las calles de cualquier ciudad o pueblo de España asume que el Estado le debe todo. Es casi un favor que él le hace a la Nación por estar vivo. Y en ello ejerce una acción cuasi de Fiscal del Estado. Su familia y la sociedad le han inculcado ese perverso mensaje. Por eso no tiene más horizonte que un “chollo”, un trabajillo pagado por el estado de por vida. Es decir ser un cuasi parásito para esta sociedad saturada de parásitos (Los analistas hablan de un exceso de funcionarios en España de hasta un 66%). Ser funcionario es el sueño dorado de la inmensa mayoría de los costaleros-peñeros-taurinos y además, no votantes, de la generalidad de los hijos de la vieja Hispania... Y hablo de los costaleros porque todavía se ven por Madrid las gotas de cirio derretido en algunas de sus calles y porque eso de “costalero” tiene mucha, pero que mucha miga. En España todos tenemos algo de costalero: queremos estar abajo, para estar arriba y en lo posible nos agachamos un poco para que el peso de la imagen, del “paso” que yo debía soportar, decaiga en los otros, que a su vez hacen lo mismo en el momento que pueden. ¿Será esa la causa del anárquico meneo que reciben las imágenes de parte de sus costaleros? España es una imagen venerada. El gran paso de una inacabable Semana Santa. España, es la verdadera Virgen de las Angustias y los Dolores y la Reina de las grandes putadas de sus amadísimos hijos, que a causa de esas agachadas, ahora yo, después tu, se va destrozando poco a poco... Y peor aún cuando sabemos que el hermano mayor, completamente decidido y mentalmente convencido a cambiar de imagen por “una mejor” se ha propuesto desencajarla, destrozarla, eliminarla, de una buena vez. En su limitada mentalidad nuestro hermano Zapatero, perdón, mayor (lapsus calami pues posee una zapatería con el curioso nombre de “La Nueva España”) puede llegar a creer que esa “nueva imagen” es la verdadera Madre de las Angustias y de los Dolores... y por ahí se dice que le vino esa inspiración mientras veía la película de Bambi por millonésima vez. El pobre, ¿que te puedes esperar?... Pues una España de tambor, como el irritante y pedante conejo de la película. Portugal, nuestra querida vecina y como buena vecina con actitudes envidiosas, perversamente envidiosas y puñeteras, inició este proceso. El proceso de destrucción, que algunos pueden y suelen llamar de secesión. Lo continuaron los Virreinatos y provincias de América. España fue grande. No tuvo Colonias era ella misma allende los mares. Lo de Cuba fue desgarrador, aún no nos hemos repuesto de ello, y ahora el hermano mayor y sus cofrades (Tambor y resto de animalillos insufribles) hacen el beneficio de continuar y catalizar el proceso de desunir la única verdadera y exitosa visión de futuro y de empresa que hubo en toda la historia de este país, por obra de sus Católicas Majestades. ¿Total para qué? Ahí lo ves: Portugal no es otra cosa que una provincia “virtual” de España y las actuales naciones latinoamericanas junto con las Filipinas, un verdadero desastre de mezquindades, corrupciones, criminalidad y miseria, mucha miseria y la peor de todas, miseria moral. Para muestra un botón: ya me ha llegado ese desesperanzador argumento que en estos momentos esgrimen muchos venezolanos: “Carlos Andrés Pérez es quien puede ponerle un ‘frenao’ a Chávez”... Esto no es otra cosa que una manifestación más de esa imbecilidad congénita que nos atenaza sin dar tregua. Allí en el Perú vemos lo mismo, “pujando” Alan García con el Umala chavista. ¡Piedad Señor, piedad! Me gustaría cantarte una saeta llena de compasión; la misma que Tu debes tener a este tu pueblo del otrora Imperio Español, siempre lleno de corrupción, de hambre y de un vacío cerebral abominable... Pero claro! Como buenos españoles que son, aunque les pese, siguen pensando, los muy pendejos, que son muy ricos... y que el resto del mundo esta muy pendiente de ellos. ¡Cuanta razón tenía Torquemada cuando profetizó: “Seréis pobres eternamente...” En fin, ¡infelices del mundo uníos!

Un verdadero costalero no se agacha. Agacharse para que el resto soporte mi parte tiene muchas manifestaciones en esta herida piel de toro: sinvergüenzas dados como “inútiles” por la seguridad social que cobran un sueldo y además, siendo “inútiles” ganan otro sueldo trabajando en otro asunto. Empresarios que cuando ven reducida su participación de mercado piden e incluso logran subvenciones del Estado; gente que casi a diario acude a la seguridad social porque hay que de alguna manera “rescatar” lo que a ella se ha pagado. Y el chollo de los chollos: el retiro. La fe de estos infelices costaleros españoles llega al extremo de la tranquilidad peligrosa pensando que a partir de los 65 años el Estado les mantendrá vivos hasta el día de su muerte ¡Cuanta lástima me dan! Yo he cotizado, dicen, y eso les parece la patente de corso para obtener, la dada por hecho, jugosa prebenda de la edad dorada. En fin! Los pasos aumentan, el olor a incienso invade el ambiente, afuera todos observan, nadie actúa; en el mejor de los casos aplauden; y el impostor, el hermano mayor, saluda al público con reverencia y estudiado talante al tiempo que destroza el paso. Y yo me pregunto: ¿Quedará España?

Suena el teléfono. Es Oscar y acaba de darme la noticia del desnacimiento del tío Octavio. No me ha extrañado la noticia pero si lo he sentido mucho. Con Octavio y su familia siempre estaré en deuda. A casa llagaban frecuentemente ediciones espectaculares, libros de lujo editados en su empresa Cromotip, allá en la calle del Loro, detrás de la Baralt y cerca del “Rey del spaghetti”, allí donde Ignacio Cabrujas escuchaba las conversaciones de los taxistas en un español muy distante al de Góngora. Cuando integré el grupo de teatro de la UCAB y participamos en el Festival de Teatro de Manizales (Colombia) el generosamente nos produjo las invitaciones y el Programa de la obra. No olvido los viajes a su finca en Bejuma de donde regresábamos con una buena dosis de huevos XXL. Su afición a los libros era notoria. Ostentaba la más grande biblioteca de toda la familia. Una apretada selección de libros de calidad tanto por su contenido como por su continente. Me queda un recuerdo de esa colección, un incunable de 1724 que tuvo a bien regalarme: “Cinco palabras del Apóstol San Pablo, comentadas por el Angélico Doctor Santo Thomas de Aquino y declaradas por el menor carmelita descalzo Fray Francisco de la cruz” En mi regreso a la ciudad de Valencia viví en su casa sita en la urbanización La Viña de Valencia y mi hija Isabel participó como niña en el cortejo de los matrimonios de Chavela y María. Hay más; recuerdo que antes de irse a Bejuma, pensó en abrir una librería. Es decir, comprarle a Moulines su librería Politécnica y yo era el candidato elegido para encargarme de ella. ¡Qué de cosas! La muerte de Octavio me deja un deseo no satisfecho: el de acompañarle en su posible viaje a Cortes de Tajuña y restos de lugares de su infancia y juventud en España. El me dijo: “Iremos para despedirme de todo aquello” No fue así. Salió de España para nunca más volver...

Unamuno decía que tres formas seguras de inmortalidad son: sembrar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Octavio sembró muchísimos árboles, me dio tres extraordinarios primos y no escribió un libro, pero si sus “colectivas” las más densas y luengas de todas. Hoy, como homenaje póstumo quiero terminar citando un texto de una de ellas al tiempo que le robo su título para esta mía:

Domingo 31 de Julio.- San Ignacio de Loyola (¡Huy, huy, huy!). San Germán. Hasta la fecha he recibido las CC-s 80 a 83 y Requiescat in pacem, Citius, altius, fortius y Bonum vino laetificat cor homini. Han transcurrido 40 días desde la última entrada (el 21-06-05) y SEIS MESES desde que arranqué el 1º de Febrero. Shame on me! Lo único que puedo decir, a modo de excusa, es que ha sido un semestre bastante atípico: signado desde el comienzo por la peripecia adversa de Cabeza desatada por un humilde insecto en la ulica Serowarska de Wroclaw-Lesnica, y que según parece va a culminar en la Peñarrubia de Cortes de Tajuña. Ejemplo muy representativo de cómo afecta la combinación de los “cambios de aguja circunstanciales y somáticos” (CC-s 79 y 80). Me sorprende un poco el capricho de Fernando de que sus cenizas sean esparcidas por esa Peñarrubia. Aunque no recuerdo ni por asomo dónde se encuentra, no debe de estar muy lejos de una parcela que cultivaban los primos y tenía una curiosa particularidad: cuando labraban la tierra el arado desenterraba numerosas “piedras”, de aspecto muy similar, de unos 5 ó 6 cm de longitud y 2 ó 3 cm de diámetro, con tres lóbulos bastante marcados y varias estrías en la superficie. Después supimos que se trataba de crustáceos fósiles, y más tarde aprendimos que dichos bichejos abundaron en todo el planeta durante la era paleozoica, hasta el extremo de que esa época se conoce también como “la era de los trilobites”, nombre con el que fueron bautizados debido a la trilobación característica de su cuerpo. Sin saber cómo ni por qué, se extinguieron al igual que otras muchas especies que han desaparecido de la faz de este lachrymarum valle. Lo mismo que, indudablemente, desaparecerá el “simio demente” para felicidad y reposo de lo que quede, si es que deja algo. Mira por donde, las cenizas recientes de “La Gloro” parece que descansarán (¿?) en una especie de “cementerio” de fósiles (eso que Teofrasto denominaba λτθονμιενοζτ, o sea, cuerpos orgánicos transformados en piedras, a diferencia de λτθος o piedras propiamente dichas). Hay que destacar que al paleozoico pertenecen los terrenos de sedimento llamados primarios, porque en ellos se han encontrado los más antiguos vestigios de vida animal. Lástima que esos crustáceos no supieran dejar algún indicio de cómo carrizo vinieron a dar en lo que es hoy Cortes de Tajuña. Quizá sea más fácil invertir la interrogación y tratar de averiguar, por mera curiosidad, quién o quiénes fueron los primeros homúnculos que hollaron el camposanto este de los trilobites para dar origen a esas camadas que salieron de Cortes de Tajuña y sus alrededores. Por ahí nos acercaríamos un poco a nuestras “raíces”. No sé para qué, pero pejes hay que le dan mucha importancia a la vaina esa de las “raíces”

Descansa en Paz, Octavio, en tu Peñarrubia particular y hasta la próxima queridos lectores. Agur.

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TITULO: En este valle de lágrimas...

06 mayo 2006

ALIQUANDO VECTATIO INTERQUE ET MUTATA REGIO VIGOREM DABUNT

Queridos todos:

Regresamos de Paris el pasado 3 de Mayo. Habían pasado muchos años desde la primera vez que visité la Ciudad Luz. Fue en 1972. Aquel año salimos de la Estación del Norte en Madrid y llegamos a la Estación d’Orsay en Paris. Treinta y cuatro años después, ninguna de las dos estaciones funcionan como tal. La de Madrid es hoy día el Intercambiador y Centro Comercial Príncipe Pío. La de Paris fue transformada en un Museo que acoge las obras del medio siglo de arte que va desde el segundo Imperio de Napoleón III hasta los albores del Cubismo. De allí salimos (Hugo Faría B y un servidor) con nuestra Biblia de viajero “Europe on five-ten dollar a day” de Frommer a buscar hotel. Y era así. Con 10 dólares al día, (43 bolívares de aquella época) se podía pagar alojamiento y comida siguiendo las instrucciones del librillo. Era una Europa que todavía estaba levantando cabeza después de la monstruosa segunda guerra mundial. El hotel le encontramos cerca de la estación del tren y nos salió baratísimo pues en el viaje nos hicimos amigo de un muchacho gringo neoyorquino de familia millonaria que se unió a nosotros y nos metimos los tres en la misma habitación.

Esta vez, aparte de significar unos merecidos días de descanso, este viaje nos reservaba dos acontecimientos importantes: el primero y más importante, visitar a nuestro hijo Manuel y el otro asistir a la Ópera de Paris. Manuel vive en lugar realmente exquisito de Paris, en un barrio selecto, muy cerca del Arco del Triunfo y en donde se localizan muchas embajadas, entre ellas la de Venezuela que queda a manzana y media de su casa sita en Rue Lauriston del cedex 16. Es la primera vez que como padre visitaba la casa de uno de mis hijos. Este hecho me hizo pensar y reflexionar. Ahora entiendo a mi padre cuando hizo lo mismo y entiendo el emotivo denominador común de todos los padres cuando viven esa experiencia. Don Benigno, mi abuelo, nunca tuvo esa experiencia. Entrar por aquella puerta era la aceptación firme y segura de la independencia de un hijo. Estábamos en su casa; éramos una visita más... Vivir allí le reporta la facilidad de poder ir a su trabajo a pie, a tan solo cinco minutos de distancia temporal, pues su oficina esta situada en la Rue l’amiral d’estaing.

Salimos de Paris rumbo a Londres. En aquella oportunidad, de la capital francesa me quedaron algunas experiencias muy marcadas, entre ellas, su impactante monumentalidad, la generalizada antipatía de sus gentes, y la dificultad para comer. Recuerdo que no nos vendían, en la panadería cercana al hotel, más de una barra de pan por persona. Londres fue todo lo contrario: Abundante comida y gente afable sin llegar a amaneramientos. Para nadie es un secreto que yo soy un tragón; por eso la comida es algo importantísimo y parte fundamental de la experiencia de viajar. En Francia, quizás por nuestro desaliñado aspecto, nos vedaban la entrada a restaurantes con la amable frase de “todo completo” y en aquellos que pudimos entrar nos tocó sufrir la frustración de una comida que cabía en una mano.

Definitivamente Francia es el país que mejor uso ha hecho del marketing. Afirman que la Champaña y el queso azul fueron creados en España; sin embargo ¿quién habla de ello? La generalidad afirma que son franceses. Otro ejemplo del marketing francés son sus vinos, muchos de los cuales se fabrican con caldos españoles. Lo cual significa que los españoles somos muy malos en “vender” nuestros productos. Pero el mayor de los logros del marketing galo esta en la gastronomía. La comida francesa es internacionalmente reconocida como la mejor, casi sublime. Para mi no. Es el timo mejor empaquetado que yo he podido conocer. Sus platos, por lo general, son miserables; compuestos de caracoles, patas de ranas, hígados de oca y cerdo, testículos de cabra y de cuanta excentricidad –o mejor dicho, miseria comestible- pueda hallarse. Su cicatería no se limita solo a lo que se come sino también a sus cantidades. Y a este desfalco, estafa y malversación gastronómica la adornan y engrandecen con una descripción rebuscada y rococó –nunca mejor dicho- que después de quedarte con un hambre de solemnidad y comer mal tienes que pagar un precio ofensivo. Por ejemplo, una sencilla tosta de sardinas en España, en Francia nos la venderían como algo celestialmente exquisito; algo así como: “Grillé du blé du plateau castillan couronné avec des sardines alimentées avec la bonne herbe du méditerranée.” Y ese será el primer plato. Supongamos ahora que de segundo plato tenemos un vulgar y simple filete de ternera acompañado con vegetales. Pues abróchense el cinturón, porque algo tan sencillo como eso en la gloriosa Francia alcanza emociones cercanas al paroxismo al ofrecértelo como: “Filet de jeune vache cuit dans son jus et baigné avec de la sauce des canards du Bordeaux. Il est accompagné avec crudités” ¡Anda!, ¿cómo te quedó la cara? Y de postre supongamos que se te antoja una tarta de manzanas; pues prepárate porque te traerán algo que llaman “Tarte Tatin” que no es otra cosa que una finísima capa de hojaldre, cuasi hostia con algo de manzana encima. De esa manera se ahorraron la capa superior de masa... Pero lo peor no queda aquí. Resulta que la tosta del primer plato era del tamaño de un canapé. El filete no superaba los 50 gramos y los vegetales eran dos palitos de zanahoria, 3 guisantes, un rabanito cortado como corona borbónica y todo ello sobre la octava parte de una hoja de lechuga. ¡Ah! y la Tarte Tantin pues que mejor que Tantín sería llamarla poquitín... Llegados a este extremo ya estas loco por irte a cualquier sitio, incluso empiezas a considerar la posibilidad de un Mac Donald o un Pizza Hut para llenar la buchaca como Dios manda... Con temor y temblor pides la cuenta; momento crítico que el resto de tus acompañantes al restaurante aprovechan para ir al baño... -Te pasa algo? Te preguntarán a su regreso del “servicio” -Te ha caído algo mal?... y lo que en realidad ocurre es que todavía no te has repuesto del pánico que sufriste cuando viste la cuenta que, con preocupante facilidad, superó los ¡150 euros! pero con la ventaja de que no se te cortará la digestión por motivos obvios...

En Paris puedes ver cosas que te chocan muchísimo y que te extrañan puedan ocurrir en una ciudad como esa. Un ejemplo de ello es la cantidad de orines por sus calles. Orines que no son solo de los perritos sino también de sus dueños, por decir de humanos. La otra cosa es la costumbre medieval de tirar el agua sucia a la calle aunque esto observé que lo realizan los establecimientos comerciales y no los particulares. Asimismo, siendo una ciudad esplendorosa, imponente y de una grandeza indiscutible, aun le queda mucho trabajo por realizar desde el punto de vista turístico. Un ejemplo de ello es el transporte. En muchas ciudades, Madrid incluida, puedes adquirir un bono de transporte turístico que utilizas, según el tiempo que vayas a estar en esa ciudad, y te da la facilidad de utilizar todos los transportes indistintamente a excepción, claro esta, de los taxis. Pues resulta que Paris no tiene ese servicio. Otro caso es el tren de cercanías o RER, como allí le llaman, que transporta a los pasajeros desde el aeropuerto Charles de Gaulle hasta, la estación de Chatelet en el centro de la ciudad. Dicho tren esta en un estado verdaderamente deplorable, sin facilidades para alojar las maletas o paquetes de los viajeros y para colmo pasa por sitios turísticamente no muy atrayentes de la afueras de la ciudad. También recuerdo que la plaza de Trocadero cercana a la torre Eiffel no solo esta sucia sino que además tiene muy poca iluminación desmejorándose con ello el entorno de uno de los sitios obligatoriamente visitados por los 25 millones de turistas que anualmente pasan por Paris. Otro detalle importante se relaciona con el idioma. Hay sectores de Paris como la Avenida de los Campos Elíseos, el eje desde la Magdalena a la Plaza de la Concordia y el Hospital de los Inválidos, el que antes les conté del Trocadero en donde el francés ocupa el segundo o tercer nivel como idioma hablado, siendo superado por el inglés y el español. Sin embargo, el orgullo francés es una limitante para que sus habitantes acepten esa realidad y de esa manera le faciliten la vida a los turistas. El francés, como el alemán, el italiano y tantos otros miles de idiomas están condenados a ser cosa de excepción ante el crecimiento abrumador de parlantes en inglés y en español a escala mundial. Como nota curiosa, los extranjeros que viven en Paris de origen árabe, africano o hindú, son los que más ayudan a los inglés e hispano hablantes.

Nos hizo muy buen tiempo salvo un dia en que llovió. Nuestra ventaja fue que compramos unos boletos de dos días en uno de esos autobuses de sightseeing que te dan vueltas por los principales sitios turísticos de la ciudad, por eso, después de una buena empapada en Montmartre decidí ir a Notre Dame. A pesar de la lluvia, la suerte estaba de mi parte pues apenas llegué comenzó la Misa Solemne. No es que de pronto me haya vuelto místico sino que los coros de la iglesia acompañados magistralmente por el órgano fueron una extraordinaria experiencia artístico-musical en el insuperable y cuasi sublime marco del gótico de esa ejemplar iglesia.

Antes les había dicho que uno de los propósitos de nuestro viaje era asistir a la Opera (Palais Garnier). Es uno de mis gustos. Hoy día, gracias a internet puedes adquirir, si tienes suerte, las entradas a cualquier teatro en el mundo. Y así paso con las nuestras. Ni Jeannette ni yo conocíamos la Opera por dentro. El edificio es de una belleza propia de los mejores palacios de Francia. Un lujo insuperable y atento a todos los detalles. Las chicas anfitrionas no solo preciosas sino vestidas con una elegancia propia de modelos de pasarela y desde luego detalles de personalización como el de las entradas que tenían impreso mi nombre. Eso ocurrió, -menuda ironía- la noche del 2 de mayo, fecha que conmemora el levantamiento del pueblo de Madrid contra las tropas francesas. Representaban Platée, de Jean Philippe Rameau. Opera bufa, que no por ello mala o de menor categoría, y con alto aporte de ballet Una obra barroca, inicialmente representada el año de 1745 en Versalles como broche de oro de los festejos nupciales del delfín de Francia, hijo de Luis XV, y la infanta española María Teresa, hija de Felipe V. Está basada en la historia agridulce de una ninfa batracia que aspira a casarse con el rey de los dioses. Todavía se ignora si esta obra fue una parodia intencional de la boda del hijo del Delfín pues como se sabe, María Teresa era físicamente muy poco agraciada, casi un batracio pues. Lo cierto es que en la corte no se dieron por aludidos y esta representación le valió a Rameau el cargo de músico de la corte. Platée es una obra de muy difícil clasificación que prácticamente conforma un género aparte que en su época pocos pudieron advertir la tesitura y avance que representa en este género musical. La representación que vimos fue extraordinaria y contó con la coproducción del gran Teatro de Ginebra, La Opera Nacional de Burdeos, la de Montpellier y la Opera de Flandre. Todo un evento inolvidable.

Y nada más. Si tienen oportunidad no dejen de visitar Paris, pero eso si, les aconsejo se lleven en el equipaje un buen bocadillo de tortilla de patatas. Au revoir!
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TITULO: A veces un viaje dan un vigor nuevo. Séneca, Tranq. 17, 8