19 febrero 2006

NEMO PATRIAM QUIA MAGNA EST AMAT, SED QUIA SUA

Queridos todos:

Así como en la pasada colectiva veía con verdadera repugnancia las desmesuradas protestas, de los musulmanes desagraviando a Mahoma, a causa de unas comiquitas; en esta semana veo, sin sorpresas, pero con verdadero asco el comunicado de la banda terrorista ETA en el cual no habla de tregua. Y lo veo así no por la declaración en si, sino por la gilipollez del gobierno en pensar que iba a ser otra cosa. Una merecida bofetada a Zapatero y todo su séquito, quienes continuamente afirman que estamos en “el principio del fin de ETA”, algo que yo considero muy lejos de la realidad. España y ETA hoy me recuerdan al comienzo del Capítulo IX (1ª Parte) del Quijote: “Dejamos en la primera parte desta historia al valeroso vizcaíno y al famoso don Quijote con las espadas altas y desnudas, en guisa de descargar dos furibundos fendientes, tales que, si en lleno se acertaban, por lo menos se dividirían y fenderían de arriba abajo y abrirían como una granada; y que en aquel punto tan dudoso paró y quedó destroncada tan sabrosa historia, sin que nos diese noticia su autor dónde se podría hallar lo que della faltaba”.

En España, el Gobierno que anuncie el fin de ETA gana las elecciones y se anota un apreciable gol histórico. Ese es el propósito de Zapatero y quiere lograrlo, a como de lugar, otorgando peligrosas concesiones en el borde de lo constitucional, por no decir otra cosa. Cuando gobernaba Aznar la estrategia era de un frontal enfrentamiento, sin concesiones y en el marco estrictamente legal a la banda terrorista. Esa administración dejó a ETA muy debilitada, prácticamente eliminada. Su política antiterrorista era contundente como cuando Don Quijote “se alzó de nuevo en los estribos, y, apretando más la espada en las dos manos, con tal furia descargó sobre el vizcaíno, acertándole de lleno sobre la almohada y sobre la cabeza, que, sin ser parte tan buena defensa, como si cayera sobre él una montaña, comenzó a echar sangre por las narices, y por la boca y por los oídos, y a dar muestras de caer de la mula abajo, de donde cayera, sin duda, si no se abrazara con el cuello; pero, con todo eso, sacó los pies de los estribos y luego soltó los brazos; y la mula, espantada del terrible golpe, dio a correr por el campo, y a pocos corcovos dio con su dueño en tierra”. (Ibid)

España, la invertebrada, pasa por momentos aciagos creados por el actual gobierno que se ha especializado en irritar a la mayoría de este pueblo: Retira estatuas de Franco que ya nadie recordaba, promete a Cataluña lo imprometible, negocia con los terroristas –no con el gobierno vasco-, devuelve archivos de la guerra civil a Cataluña y para ello aprueban una ley específica, le abre la puerta de manera peligrosa a los inmigrantes, se aleja de los Estados Unidos, le tira besitos a Chirac y Schoreder, que saben dejarle fuera del equipo cuando más conviene y, no podía faltar, anda de amiguito de Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales y cuanto demagogo populista antiamericano aparezca en “la alianza de las civilizaciones” y para más INRI tiene dividido a su mismo partido, el PSOE. Mientras tanto los nacionalismos ganan terreno, ya sea por el chantaje de la gobernatura, ya sea por saber aprovechar la oportunidad... y por ahí van... Ibarreche, Carod y etc., mostrando una sonrisita irónica y contínua de vencedores, al tiempo que algunos militares aportan, con preocupación, “su punto de vista”

Lo cierto, es que hoy en día hay regiones en España en donde la gente debe cuidarse mucho del tema que habla. Debe tener cuidado si habla en español. Regiones en donde eres un ciudadano de tercera clase, con posibilidades negadas de empleo, a causa de la imposición de un idioma local y en donde tus hijos tienen prohibido aprender historia de España y lo que es peor que las clases sean dadas en español. Regiones en donde continuamente te sientes perseguido, amenazado, atemorizado, y no por que tu seas un delincuente sino solo por el hecho de sentirte español. Y eso, me pregunto yo, si no es fascismo ¿qué es? Fundamentan su “nacionalidad” en bases históricas a todas luces insuficientes, o mejor dicho, con la misma suficiencia histórica que cada provincia de España podría esgrimir para declarar su independencia. Y para colmo, además de esas entelequias “históricas” aducen argumentos de “raza singular e impoluta” como también lo hizo Adolf Hitler en su momento con la raza aria. ¿Y a eso llaman libertad, democracia? Las dos Españas siempre en pugna, no solo la izquierda y la derecha sino las “nacionalidades” entre si. Veamos...

El padre del nacionalismo vasco fue Sabino Arana; el del catalán fue Rafael Casanova y muestra de la virulencia entre ellos se manifiesta en esta “discusión” entre un nacionalista vasco (Iñaki Eguaraz Hernandorena) y otro catalán (Francesc Bofarull y Bofarull, de la Universidad Pompeu Fabra). No tiene pérdida por ello lo copio textualmente: Usted insulta cobardemente a Sabino Arana llamándole orate, injuriando a todos los vascos, y sólo porque Arana sostuvo que los catalanes eran españoles o maketos. Sepa usted, señor Bofarull y Bofarull, que Sabino Arana es el Maestro y fundador del nacionalismo vasco, el que nos despertó a los vascos de nuestro sueño ancestral, cuando los vascos se sentían… ¡figúrese usted! ¡Se sentían españoles, a pesar de todas las pruebas y evidencias en contra! Pues bien, si un Maestro, un genio como Arana, calificó a los catalanes de maketos, lo primero que tendría que pensar usted es que por algo lo diría. Esto es lo primero que a una persona con dos dedos de frente se le ocurre ante las palabras de Sabino.

Porque nuestro Maestro, señor Bofarull y Bofarull, vio lo irrazonable de la pretensión de los nacionalistas catalanes al proponernos una alianza sin principios ni distingos. Usted, cucamente, evita citar las otras palabras del Maestro: "No es razonable la alianza de los catalanes y los bizkaínos; pues no son semejantes los sujetos Bizkaya y Cataluña. Equiparar nuestro derecho a constituir nación aparte, con el derecho que le sirviera de base al nacionalismo catalán, sería rebajar el nuestro. Nunca discutiremos si las regiones españolas como Cataluña tienen o no derecho al regionalismo que defienden; porque nos preocupan muy poco, nada por mejor decir, los asuntos internos de España". ¡He ahí la madre del cordero, señor mío! Frente al confusionismo de ustedes procedía aclarar las cosas, para eliminar peligrosos equívocos.

¿Qué le enseñan, o qué enseña usted en su universidad, señor Bofarull y Bofarull? Sepa que, como aclaró de una vez por todas nuestro Maestro, "la raza vasca es tan distinta de la española como lo es de la china o la zulú", y por eso formamos "la nación más noble y más libre del mundo entero, raza singular por sus bellas cualidades, pero más singular aún por no tener ningún punto de contacto o fraternidad ni con la raza española ni con la francesa, que son sus vecinas, ni con raza alguna del mundo". Y ahora, ¿podría usted decir, con el corazón en la mano, otro tanto de los catalanes? ¿Podría decirlo alguien con un mínimo de decoro y respeto por los hechos? No, ¿verdad? Pues saque usted la consecuencia: no hay equiparación posible entre los derechos de los catalanes y los vascos. No le dé más vueltas.

Sabino acierta, y usted yerra lastimosamente, y se lo aclararé aún más, siguiendo en esto a Xan o Brétemas, que ahí da en el clavo: ¿Quién es el héroe nacional de ustedes? Rafael Casanova. A su estatua le rinden ustedes homenaje cada año como símbolo de la nación catalana. ¿Y quién era ese Casanova? ¡Un españolazo de pies a cabeza! No luchaba por ningunas libertades catalanas, sino por un aspirante a la corona de… ¡de España, señor mío, a la corona de España, no a la de Cataluña! Y ni siquiera eso lo hizo bien, pues, lo dice Brétemas y yo le creo, fue un gallego el héroe real. Casanova huyó vergonzosamente, y cuando pasó la tormenta, volvió a Cataluña, prosperó como abogado y funcionario de Felipe V, y colorín colorado. Este es su héroe nacional, y con eso queda dicho todo, señor Bofarull y Bofarull. Venga ahora dándonos lecciones de ciencia y no sé cuántas cosas más.

Y paso a otro disparate suyo sobre la batalla de Padura, (1) de la que usted no tiene ni idea... ¿Así enseñan en sus universidades? Da pánico pensarlo. Pero ahí tiene usted otra diferencia clave, señor Bofarull y Bofarull: nosotros conmemoramos una victoria en la lucha por la libertad, ustedes una derrota. Hay que ser algo... gilipollas, y perdone la expresión, pero no se me ocurre otra, para conmemorar una derrota, que, además, ni libertades ni hostias, era por un pretendiente al trono de Maketania. Hay que joderse, los tíos, y encima vienen dando lecciones.

Con este artículo, el vasco de marras contestó al siguiente de Bofarrull: “No quisiera yo entrometerme en los asuntos internos de la oprimida hermana nación gallega, pero me ha suscitado indignación el artículo del señor Carballeira O´Flanaghan, de la universidad de Princeton, que quizá por estar en esa universidad, de cuyo prestigio nadie duda, y yo quien menos, cae en cierta arrogancia y se siente autorizado a inmiscuirse en los asuntos catalanes. También aquí tenemos universidades, señor Carballeira, acaso no tan rimbombantes como la suya, pero en las que también realizamos un trabajo callado, serio, científico y me atrevería a decir que ejemplar en más de una faceta.

Usted, señor Carballeira, se ha permitido aludir a un hecho histórico cierto, indiscutible, comprobado, como es la derrota de los barceloneses en 1714, luchando por la libertad nacional, y equipararlo a la supuesta y nebulosa derrota de los gallegos el 16 de junio de 576. Eso, señor Carballeira, me recuerda las tiradas del orate Sabino Arana sobre la fecha de la imaginaria batalla de Padura en defensa de las libertades vizcaínas. El mismo orate que, cuando los catalanes de bien le solicitaron unidad de acción contra la opresión española, osó escribir, ni más ni menos: “Cataluña es española por su origen, por su naturaleza política, por su raza, por su lengua, por su carácter y por sus costumbres. Ustedes, los catalanes, saben perfectamente que Cataluña ha sido y es una región de España. Maketania comprende a Cataluña, y maketo es el mote con que aquí se conoce a todo español, sea catalán, castellano, gallego o andaluz”. Palabras injustas, hirientes, imperdonablemente ofensivas y ajenas a cualquier realidad científica. No digo que Arana no acertase en otros muchos temas; los catalanes no somos fanáticos, somos carolingios y sabemos distinguir y reconocer los méritos ajenos. Pero en estos dos asuntos es indiscutible que patinó ridículamente. ¡Españoles los catalanes! ¡La batalla de Padura! A otro perro con esos huesos.

Y usted, señor Carballeira O´Flanaghan –por cierto, ni sus apellidos ni su universidad nos impresionan aquí lo más mínimo– está patinando igual que Arana, mezclando el mito y la ciencia, la historia y la leyenda. Además, buen hombre, ¿qué personaje encarnaría la derrota de las libertades gallegas? ¿El rey Miro, que fue quien las traicionó? ¿Hubo alguien que las defendiera heroicamente, como aquí Rafael Casanova, nuestro héroe nacional por excelencia? No confunda ni compare, señor Carballeira, no invente mitos, que aquí en Cataluña estamos de vuelta de todo eso y asentamos nuestras reivindicaciones en hechos sólidos, científicamente constatables e indiscutibles, y por eso nos permitimos exhortarles a seguir nuestro ejemplo.

Doy por sentado, no hace falta decirlo, que usted es persona racional y dialogante, y entiende muy bien que le estoy haciendo una crítica con ánimo fraterno, pues a los catalanes, los vascos y los gallegos nos une nuestra lucha común contra la siniestra España. Y ese sentimiento es el que debe prevalecer, si bien, como dice el dicho, “juntos, pero no revueltos”. Y lamentando profundamente tener que escribirle en el despreciable idioma que nos han impuesto a todos por la fuerza de las armas, le saludo cordialmente en el espíritu de la unión y el esfuerzo liberador.»

¿Qué les parece? A mí, personalmente, me ha indignado la misiva. ¿Quién es el arrogante? ¿Quién pretende dar lecciones? ¿Así entienden los catalanes la fraternidad? Espero que Carballeira sepa replicarle como merece, dejando a salvo el honor gallego.

Concluyan ustedes... hasta la semana que viene. Agur,

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(1) Sabino Arana dio forma al separatismo vasco, en varios artículos publicados en 1892 sobre “Cuatro glorias patrias” que consistían en cuatro batallas: las de Padura, Gordexola, Ochandiano (1355) y Munguía (1480), libradas, según él, por los vizcaínos para rechazar las pretensiones de leoneses y castellanos de acabar con la independencia de su tierra. En realidad no existe documentación alguna sobre la batalla de Padura, que él describe de manera tan pomposa, datándola arbitrariamente el 30 de noviembre de 888 (otros la quieren datar en 870), y probablemente se trata de un hecho legendario. Las otras tres no llegaron siquiera a nivel de batalla, fueron simples escaramuzas confusas de escasa significación, y ligadas a rivalidades señoriales y banderizas en la propia Vizcaya. Arana las presentó, como la manifestación concreta, ratificada con sangre, de una ancestral lucha de Vizcaya por su independencia.

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APÉNDICE: Los textos de Sabino Arana: (2)

"La fisonomía del bizkaino es inteligente y noble; la del español, inexpresiva y adusta.

El bizkaino es de andar apuesto y varonil; el español, o no sabe andar (ejemplo, los quintos) o si es apuesto es tipo femenil (ejemplo, el torero).

El bizkaino es nervudo y ágil; el español es flojo y torpe.

El bizkaino es inteligente y hábil para toda clase de trabajos; el español es corto de inteligencia y carece de maña para los trabajos más sencillos. Preguntádselo a cualquier contratista de obras y sabréis que un bizkaino hace en igual tiempo tanto como tres maketos juntos.

El bizkaino es laborioso (ved labradas sus montañas hasta la cumbre); el español, perezoso y vago (contemplad sus inmensas llanuras desprovistas en absoluto de vegetación).

El bizkaino es emprendedor (leed la historia y miradlo hoy ocupando elevados y considerados puestos en todas partes... menos en su patria); el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale (examinad el estado de las colonias).

El bizkaino no vale para servir, ha nacido para ser señor ("etxejaun"); el español no ha nacido más que para ser vasallo y siervo (pulsad la empleomanía dentro de España, y si vais fuera de ella le veréis ejerciendo los oficios más humildes).

El bizkaino degenera en carácter si roza con el extraño; el español necesita de cuando en cuando una invasión extranjera que le civilice.

El bizkaino es caritativo aun para sus enemigos (que lo digan los lisiados españoles que atestan las romerías del interior y mendigan de caserío en caserío); el español es avaro aun para sus hermanos (testigo, Santander cuando pidió auxilio a las ciudades españolas en la consabida catástrofe).

El bizkaino es digno, a veces con exceso, y si cae en la indigencia, es capaz de dejarse morir de hambre antes de pedir limosna (preguntádselo a las Conferencias de San Vicente de Paúl); el español es bajo hasta el colmo, y aunque se encuentre sano, prefiere vivir a cuenta del prójimo antes que trabajar (contad, si podéis, los millares de mendigos de profesión que hay en España y sumadlos con los que anualmente nos envía a Euskeria).

Interrogad al bizkaino qué es lo que quiere y os dirá "trabajo el día laborable e iglesia y tamboril el día festivo"; haced lo mismo con los españoles y os contestarán pan y toros un día y otro también, cubierto por el manto azul de su puro cielo y calentado al ardiente sol de Marruecos y España.

Ved un baile bizkaino presidido por las autoridades eclesiásticas y civiles y sentiréis regocijarse el ánimo al son del "txistu", la alboka o la dulzaina y al ver unidos en admirable consorcio el más sencillo candor y la loca más alegría; presenciad un baile español y si no os causa náuseas el liviano, asqueroso y cínico abrazo de los dos sexos queda acreditada la robustez de vuestro estómago, pero decidnos luego si os ha divertido el espectáculo o más bien os ha producido hastío y tristeza.

En romerías de bizkainos rara vez ocurren riñas, y si acaso se inicia alguna reyerta, oiréis sonar una media docena de puñetazos y todo concluido; asistid a una romería española y si no veis brillar la traidora navaja y enrojecerse el suelo, seguros podéis estar de que aquel día el sol ha salido por el Oeste.

El aseo del bizkaino es proverbial (recordad que, cuando en la última guerra andaban hasta por Nabarra, ninguna semana les faltaba la muda interior completa que sus madres o hermanas les llevaban recorriendo a pie la distancia); el español apenas se lava una vez en su vida y se muda una vez al año.

La familia bizkaina atiende más a la alimentación que al vestido, que aunque limpio siempre es modesto; id a España y veréis familias cuyas hijas no comen en casa más que cebolla, pimientos y tomate crudo, pero que en la calle visten sombrero, si bien su ropa interior es "peor menealla".

El bizkaino que vive en las montañas, que es el verdadero bizkaino es, por natural carácter, religioso (asistid a una misa por aldea apartada y quedaréis edificados); el español que habita lejos de las poblaciones, o es fanático o es impío (ejemplos de lo primero en cualquier región española; de lo segundo entre los bandidos andaluces, que usan escapulario, y de lo tercero, aquí en Bizkaya, en Sestao donde todos los españoles, que no son pocos, son librepensadores).

Oídle hablar a un bizkaino y escucharéis la más eufónica, moral y culta de las lenguas; oídle a un español y si sólo le oís rebuznar podéis estar satisfechos, pues el asno no profiere voces indecentes ni blasfemias.

El bizkaino es amante de su familia y su hogar (cuanto a lo primero, sabido es que el adulterio es muy raro en familias no inficionadas de la influencia maketa, esto es, en las familias genuinamente bizkainas; y cuanto a lo segundo, si el bizkaino por su carácter emprendedor se ausenta de su hogar no le pasa día en que no suspire por volver a él); entre los españoles, el adulterio es frecuente así en las clases elevadas como en las humildes, y la afección al hogar es en estas últimas nula porque no la tienen.

Por último, según la estadística, el noventa y cinco por ciento de los crímenes que se perpetran en Bizkaya se deben a mano española, y de cuatro de los cinco restantes son autores bizkainos españolizados. Decid, pues, ahora si el bizkaino es español por su tipo, carácter y costumbres."

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TITULO: Nadie ama a su patria porque es grande sino porque es suya. Séneca Ep. 66,26


(2) Sabino Arana, "¿Qué somos?". Obras Completas. Editorial Sabindiar-Batza. Buenos Aires. 1965. Páginas 627 y 628)

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