22 enero 2006

TEMPUS FUGIT

Queridos todos:

Nos hemos quedado en casa. El anticiclón que nos prometía 40 grados bajo cero en Moscú y un clima primaveral en el centro de Castilla, salió por peteneras... Fue una broma pesada. El hombre del tiempo me hizo planificar un viaje a Toledo en el recién inaugurado tren de Alta Velocidad Española... pero en lugar del radiante sol anticiclónico tenemos un tiempo "desapacible" es decir nubarrones, frío y amenazas de lluvia que me han hecho cambiar la Puerta de la Bisagra por la de mi vecino. Nos hemos quedado en casa. Encendí la chimenea y salí a comprar la prensa. Muchas veces no apreciamos la delicia de estar en casa, al calor de la chimenea con las sonatas de Beethoven de fondo mientras leemos, entre sorbo y sorbo de un buen café o brandy español, o ambas cosas, la prensa o un buen libro. Suelo comprar "La Razón" no solo por su orientación de centro-derecha sino por la colección en DVD de la segunda Guerra Mundial. Hoy trajo el N° 19 de los 26 que completan la colección. El capítulo de hoy promete mucho; se titula "París es liberado". De cuando en cuando me detengo a observar las llamas... me digo que es para vigilarlas... pero me engaño a mí mismo. Creo que todos los humanos tenemos una atávica admiración al fuego... sus colores, su inestable forma... es como el baile de la vida pues no en vano también se consume y muere.

Jeannette me pregunta por la comida de hoy. Llegamos al acuerdo de preparar una rica pasta con camarones venezolanos (adquiridos en el Hipercor) con una salsa de estilo oriental. No es complicado. Cocinar es un arte pero sobretodo es un entretenimiento, más en un día como hoy de casi obligada permanencia en casa. Con el cocinar ya se ha creado toda una industria y hasta una competencia. Aquí en Madrid, siendo todavía la capital de España, hemos tenido a las lumbreras de la cocina internacional en un acto bautizado como Madrid Fusión; Una especie de Meca de la gastronomía mundial en donde se prepararon delicias muy pero que muy extrañas. Hemos sido testigos de la superación cualitativa de la “Nouvelle Cuisine" Alfonso Ussía le dedica una buena parte de su artículo de hoy. Le cito: Hemos pasado de las 'nalguitas de becada de Aralar con abanico de zanahorias de la huerta de la abuela Edurne con salsa de almejas de las Rías Bajas y encaje de caramelo de nuez' a que la búsqueda 'técnico conceptual es el vértice de la pirámide creativa' Eso dice, al menos, uno de los genios indiscutible de la nueva gastronomía, Ferrán Adriá, considerado el mejor cocinero del mundo y del que no albergo dudas de su talento, pero si resistencias por mi parte. Para mí que esos platos técnicos y científicos, elaborados con aire y nitrógeno, buñuelos de nada y almejas escabechadas sin escabeche pueden alcanzar la categoría de obras de arte por su elaboración y presentación. Pero así no se puede alimentar a la humanidad del siglo XXI, salvo que la humanidad la componga un grupo de mil privilegiados con posibilidad de pagar doscientos euros por una croqueta de nitrógeno líquido y trescientos por un aperitivo sentimental y filosófico compuesto de un grano de arroz japonés, recubierto de laca china y ofrecido sobre un bosque de lechugas sintéticas que no saben a lechugas sino a muslitos de pollo de patos mandarines.

Me interrumpe Jeannette y me pide que la anude el delantal o mandil como por estas tierras se le llama. Ese gesto trae un mensaje de contrabando... en el se adivina algo así como "Manolo, déjate de escribir chorradas y vente a la cocina y me ayudas con la comida..." pero me resisto y elijo la compañía del fuego, de Beethoven y de ustedes mis queridos lectores. Además ayer fui yo quien cocinó. Muy sencillo pero muy exquisito. Un asopado andaluz de almejas. Es comida de pobres, por tanto comida muy rica, muy buena y sencillísima de preparar: se hace un sofrito con suficiente tomate, cebolla, pimiento rojo y algunos ajos. Una vez que ya está, se le añade un litro de caldo de pescado, previamente preparado y exquisitamente sazonado y cuando rompe a hervir se le añaden las almejas. Para finalizar se agrega pan frito, pan del bueno, de masa dura, cuarterón de mi pueblo, fritito en aceite de oliva. Después que el pan ha cuajado se sirve en cazuela en cuyo fondo se pone una ramita de yerbabuena... ¡y a disfrutar de la gloria! No en vano santa Teresa decía que Dios está entre pucheros...

La chimenea me llama, me pide más leña... y yo bajo a por ella. "Ir a por leña." El próximo día 26 de este mes harán tres años que dije esa frase en Venezuela. Todavía estaba la Huelga General y yo me encontraba mirando al techo... Mi asesoría al Banco del Caribe no fue renovada por la lógica situación de incertidumbre. El proyecto de una asesoría con el Banco Mercantil fue también puesto en Stand by por Marturet. Las clases en el IESA se habían reducido dramáticamente... estaba en el sillón del salón mirando al techo y esperando el último parte de guerra de la Coordinadora Democrática y le dije a Jeannette: "Me voy a España." ¿Y a qué vas? Respondió ella. Y yo le contesté: "A por leña". Tres años después, Chávez es un todopoderoso capataz, "democráticamente" elegido por el pueblo soberano, sin una seria oposición y el país en el escenario surrealista de ver aumentar la pobreza cuando más dinero ha recibido de toda su historia. Venezuela is a fool's paradise comentó una vez, imprudentemente, un representante de Merryl Linch. Por mi parte cumplí con lo dicho; abajo, en el sótano de casa, en el cuarto leñero tenemos aproximadamente 3 metros cúbicos de la mejor leña de encina, que arde bien y da mejor calor.

Desde aquella vez no he vuelto a Venezuela. No me apetece volver. Seguramente este año iré, y lo haré porque me lo ha pedido Jeannette. Juntos sufriremos el encuentro con ese querido país, mi otra patria, hoy en día destrozada, empobrecida, alienada, con su gente en situación paupérrima y muchos seres queridos presos en sus casas y aniquiladas sus ambiciones de futuro. Un país cada día más cerca de la espantosa realidad cubana y que niega hasta las mínimas bondades del progreso. Un país en definitiva fuera del curso de la historia. Me entró frío en el cuerpo cuando recientemente visité el web-site del Excélsior Gama. Recuerdo como comparativo que un pan bimbo de 450 gramos cuesta 4.500 bolívares; es decir, el mismo precio que en España traducido a Euros. El problema es que en Venezuela no se ganan euros... ¡Un Bravo a Chávez por su victoria en la lucha contra el Neo Liberalismo: tener precios de primer mundo y ganar como tercermundistas! ¡Realmente meritorio!

He ido a la cocina y le he echado un cable (dar una ayuda) a Jeannette. Al final la sazón, y las cantidades las equilibrio yo. La salsa de los tallarines lleva, rehogado en buen aceite, cebollín o cebolleta, pimiento finísimamente cortado, cebolla, y champiñones frescos cortados en juliana. A lo anterior añadimos una pizca de soja y crema de leche. Se añade para la sazón un poco de sal, y curry. Ya espesa la salsa, se le añaden los camarones previamente pelados y luego de un ligero hervor, se añade la pasta que ha sido reblandecida por el método tradicional. Se revuelve todo bien, y se deja reposar por 15 minutos... y después, ¡oh la lá! A degustarla con un buen caldo de la Ribera del Duero. ¡Ya quisieran Adriá, Roteta, Arzac, Berasategui y otros "cuartos bates" del top de la culinaria mundial lograr una exquisitez como ésta de una manera tan sencilla y sin necesidad de usar nitrógeno líquido ni esa pócima de color rosado que después de probada todo lo que comas de sabor ácido o amargo se torna dulce! Nuestra pasta oriental quedó riquísima. Como para repetir y de postre uvas acompañadas de queso fresco de Burgos. Yo me permití un lujo añadido, un bocadillo de guayaba con su característico, intenso y redondo sabor.

Está visto que las cosas más sencillas son las más agradables... y el saber gozarlas, un tesoro invalorable. Hoy he cambiado Toledo por mi casa. No contemplo las joyas de su Catedral pero en su lugar me transporto mirando el Requena que tengo en el salón. Una vereda sombreada por la verde violencia vegetal del trópico; espejo de uno de esos emblemáticos paisajes de nuestra inagotable Venezuela. No veo el puente de Alcántara pero gozo con la reina de nuestra plantas, una “Fanelopsia” que he personalizado con el nombre de Penélope asoma 12 nuevas orquídeas como 12 esperanzas de una realidad mejor. Las estrechas calles preñadas de historia y de armonía entre judíos, moros y cristianos las he cambiado por nuestra calle de Antonio Gaudí y al final de ella no se encontraba el Alcázar ni la Alhóndiga, pero he encontrado la riqueza de un día de paz y tranquilidad, la misma paz de los 16 conventos y 10 ermitas de la Ciudad Imperial. En el mundo hay dos tipos de personas que suelen ser considerados como felices: Unos son aquellos que tienen todas sus necesidades satisfechas y los otros son aquellos que no tienen necesidades. El elemento puro de cada uno de estos extremos no existe. En la realidad, los más cercanos al primero esta ocupado por los multimillonarios y el segundo por los ascetas y anacoretas. En el medio está el 99,5% de los habitantes del planeta. La gran mayoría sin pensar mucho en buscar la felicidad y ocupándonos más por encontrar "el pan nuestro de cada día" una búsqueda que termina por ser rutinaria y monótona. Una especie de túnel en donde solo existe lo que está en tu vagón de viaje y que solo al final ¿se ve la luz?; como parece que la ve el Conde de Orgaz según el cuadro del Greco expuesto en Toledo. Por eso, de cuando en cuando es bueno apearse del tren, incluso como hoy, no llegar a montarse en él. Bajar en un lugar que descubres como desconocido y disfrutar las maravillas de un entorno de todos los días que se vuelve mágico aunque siempre nos haya acompañado. Sin embargo, mientras escribo estas letras, los españoles continuamos en la desaforada e incontinente compra de las Rebajas de Enero y que significan la friolera de ¡7 mil millones de euros! La cuarta parte de las Reservas internacionales de Venezuela. ¡Cuantas cosas me vendéis que no necesito!, nos cuenta Platón que decía Sócrates.

El reloj en su incesante tic, tac, y con su letrero de “Tempus fugit” acaba de dar las cinco de la tarde. Ya la chimenea es un reino de brasas, la copa a mi diestra solo muestra unas gotas de brandy, síntesis del sol y la vid de Andalucía y poco le queda a la piano sonata Nº 23 “Appasionata" en concluir... todo indica que es tiempo de terminar. Como es lo propio en estos casos, Murphy actúa: el sol acaba de salir radiante e invitador pero ya a esta altura de la tarde en una hora anochecerá. La próxima vez que el hombre del tiempo anuncie tormentas de granizo y el más espantoso de los fríos, sin duda alguna y lleno de coraje, entraré en el web de RENFE y compraré dos boletos de ida y vuelta a Toledo. Ahora me levanto y negociaré con Jeannette la preparación de la cena, pues la misma me toca a mi. La tengo preparada una sorpresa: Una rica crema de puerros (Ajo porro) acompañada con unas tostas de “pan amb tumaca” y jamón serrano. Un fuerte abrazo para todos. Hasta la semana que viene. Agur.
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TITULO: El tiempo huye

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