04 marzo 2007

OPTIMA CITISSIME PEREUNT

Queridos todos:

La Religión nos vendió un cielo y un infierno. Y lo hizo para después de nuestra muerte. Por su parte el Comunismo y todos sus derivados, nos vendieron ese mismo cielo e infierno pero aquende la muerte. La Religión generó en su seno dos bandos irreconciliables: los condenados y los salvados; los correctos y los incorrectos; los santos y los pecadores; los fieles y los infieles; en definitiva los buenos y los malos. De igual manera, el Comunismo y todos sus descendidos, generaron dos camarillas irreconciliablemente antagónicas: los izquierdistas y los de derechas; los convictos y los preservados; los considerados y los desatinados; los respetables y los nefandos; los apegados y los infames; los “progres” y los “carcar” en definitiva, “nova versio” los buenos y los malos. Por supuesto, tanto la Religión como el Comunismo y todos sus emanados colocan a sus adeptos y seguidores en el lado bueno del fiel de la balanza. Así pues el individuo practicante y devoto de su fe y el justiciero luchador de clases, son los buenos, los humanos, los caritativos, los compasivos, los piadosos, los bienhechores, los misericordiosos, los clementes, los justos. Unos son el “Ser” los otros “la Nada”

Lo lógico hubiese sido que los dos buenos se hubiesen identificado; que el izquierdista sea al mismo tiempo un venerable santo. Dicen que Cristo lo fue, no así Carlos Marx, que declaró sin titubeos a la Religión como el “opio del pueblo” y nadie del gremio eclesial o religioso, tuvo la ocurrencia o coraje de declarar al izquierdismo como el “opio político” ¿Y cual ha sido la realidad de ambos narcotraficantes? Muy sencillo: Nadie ha vuelto del más allá para contarnos cómo le va y ningún régimen comunista ha logrado “el paraíso socialista” para sus ciudadanos.

Los dos grandes estupefacienteros, mitómanos y timadores de la humanidad, cada uno por su parte, se gratifican, tratando de gratificarnos con aquella primigenia y paradisíaca realidad perdida, según los unos por haber desobedecido a Dios –pecado original- tras haber comido del fruto prohibido y según los otros, por la injusticia o falta fundamental que comete el capitalista cuando se embolsilla una parte de las ganancias que le pertenecen al trabajador asalariado. Nos cuenta la Biblia que en el Paraíso Terrenal no faltaba de nada y para mayor gloria, tampoco se padecía la necesidad de trabajar ni se sufría la ignominia del morir. No hay nada más parecido al utópico “Paraíso Socialista” que ese “Paraíso terrenal” descrito por Moisés. “Ergo” cabe deducirse que para el Marxismo si los capitalistas entregan a los trabajadores ese pedazo de moneda que es de su propiedad, al final, muy al final por cierto, la tierra volverá a ser nuevamente un Paraíso, pero, esta vez, ateo. Y la Religión por su parte, más astuta y vetusta se deja de gaitas y pone de lado las promesas de un paraíso en el más acá, para ubicarlas en el más allá…

Después de más de 5 mil años (según la Biblia) de haberse creado el Paraíso Terrenal y de poco menos de cien años de haberse establecido el fracasado régimen comunista en la Unión Soviética, todavía impera inexorablemente en nuestra naturaleza y en cada individuo de la desquiciada especie humana la ley del azar y la necesidad. Y junto con ella, o como un corolario, la ley del mercado. Para los creyentes la primera transacción económica fue, según uno de los más conocidos pasajes del Génesis, aquella según la cual, Esaú, presa del hambre y la desesperación luego de un infructuoso día de caza, decide “vender”, por un plato de lentejas, su primogenitura a su hermano Jacob (y con ello empeñar la futura bendición de su padre Isaac). He aquí un magnífico ejemplo del azar: Esaú regresa sin caza; de la necesidad: Esaú tiene hambre; y del mercado: Esaú cambia, trueca sus derechos de heredad a su hermano Jacob por un plato de lentejas. A partir de ese momento parece que cambió radicalmente la historia del “pueblo elegido” pero no han cambiado esas leyes. En la naturaleza se cumple a rajatabla en todas las especies vivas y en toda su estructura y el mercado inexorablemente se impone pues desde que el mundo es mundo hay algo “mío” que tu “no tienes” y que me sobra así como hay algo “tuyo” que te sobra y de lo cual yo carezco y necesito.

El más reciente ejemplo de esto, y que demuestra cómo las leyes del azar-necesidad y del mercado son más fuertes que los timos religiosos e izquierdosos, es el caso del neo Tirano Banderas de la Venezuela tropical, Hugo Chávez, quien al tiempo que grita la instauración del socialismo del siglo XXI, le vende la casi totalidad del petróleo venezolano a su declarado enemigo del lado oscuro de la Fuerza: Los Estados Unidos y su Emperador Palpatine-Bush. Recordemos además, como otro buen ejemplo de lo dicho, cuando los Estados Unidos salvaban del hambre a la Unión Soviética vendiéndoles todo el trigo que necesitaban para que sus ciudadanos no muriesen de hambre en el “paraíso socialista”. No olvidemos tampoco cuando el extremoso derechista, Francisco Franco mientras perseguía en España a comunistas y similares comerciaba con Rusia y con la Cuba del extremoso izquierdista Fidel Castro… Tan extremoso y tan izquierdista que ocupa el 7º lugar en el ranking de los personajes más ricos de este mundo. Y no nos podemos imaginar, las ganas que tiene ese decadente y agonizante jefe del régimen cubano, de poder vender y comprar a su más acérrimo enemigo: los Estados Unidos; el “Imperio del Mal”, el causante, según el dictador cubano, de todos los males y plagas que sufre el pobre pueblo cubano. Su perverso vecino a quien su “hermano querido” Chávez, le vende su petróleo para que contamine la atmósfera terrestre lo suficiente como para originar el fenómeno del “Niño” y así, arrasar, según declaró el indígena Evo Morales, a Bolivia.

En España, país donde todo es blanco o negro se vive intensamente esa dualidad irreconciliable entre la derecha y la izquierda. El senado y las Cortes son una prueba fehaciente de la existencia de esas dos bandas, cuando después de una votación todos los de la izquierda votan a favor y los de la derecha votan unánimemente en contra, o viceversa. Nunca hay votos cruzados. Por eso lo dijo muy bien Antonio Machado cuando escribió:

“Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.”


Y esas dos Españas diariamente se distancian alimentando su odio. La prensa es un buen ejemplo de ello. Si compras “El País” eres de izquierdas, pero si compras La Razón o el ABC eres de derechas. Si escuchas la cadena radial “SER” eres de izquierdas pero si escuchas a la COPE eres de derechas. Si sintonizas TVE1 o la 2 o canal 4 o el 5 eres de izquierdas, pero si sintonizas Intereconomía, Libertad digital o Telemadrid eres de derechas. Y el sesgo llega hasta la mentira tanto en un bando como en el otro ya sea en la prensa, en la radio, en la televisión, en las Cortes o en el Senado. Nada nuevo pues ya en 1873 durante la Primera República Española era tal el enfrentamiento entre los distintos republicanos, (los monárquicos habian prácticamente desaparecido) que Benito Pérez Galdós escribió: “Las sesiones de las Constituyentes me atraían, y las más de las tardes las pasaba en la tribuna de la prensa, entretenido con el espectáculo de indescriptible confusión que daban los padres de la Patria. El individualismo sin freno, el flujo y reflujo de opiniones, desde las más sesudas a las más extravagantes, y la funesta espontaneidad de tantos oradores, enloquecían al espectador e imposibilitaban las funciones históricas. Días y noches transcurrieron sin que las Cortes dilucidaran en qué forma se había de nombrar Ministerio: si los ministros debían ser elegidos separadamente por el voto de cada diputado, o si era más conveniente autorizar a Figueras o a Pi para presentar la lista del nuevo Gobierno. Acordados y desechados fueron todos los sistemas. Era un juego pueril, que causaría risa si no nos moviese a grandísima pena.”

Y esto va más allá. Independientemente de si es el mayor bien a la colectividad, todo proyecto es criticado y descalificado por su origen y no por sus consecuencias. Si el trasvase del Ebro, por ejemplo, lo hubiese propuesto el PSOE y sus satélites (izquierdistas) en lugar del PP (derechistas) entonces éstos últimos le habrían hecho leña. Como los izquierdistas han propuesto en lugar del trasvase del Ebro, plantas desalinizadoras, entonces los derechistas van en contra. Dado el problema espantoso de falta y de racionalización en el uso del agua en España, yo me inclinaría por ambas propuestas, e incluso añadiría una más: construir más pantanos (represas), algo a lo que no se atreven ninguno de los dos bandos pues sería un claro reconocimiento a las políticas del franquismo. Si dentro de 30 años cuando la Península Ibérica sea un desierto y si España aún existe, los izquierdistas culparan a los derechistas de haberse evaporado toda el agua, y viceversa…

Pronto se cumplirán 3 años de la masacre del 11-M. Espanta ver cómo en España, hasta las Asociaciones de víctimas están politizadas. Las del 11-M son socialistas; las de los atentados de ETA son del Partido Popular. En estos momentos se celebra el juicio contra los supuestos autores de aquella masacre en la cual me tocó un papel protagónico. Veremos sus conclusiones que mucho me temo no contentarán a nadie. Perdón, contentará a los verdaderos delincuentes… Lo que no entiendo es por qué en estos días, no se habla también de las victimas del 14-M día de las elecciones ganadas por el Sr. Zapatero. Esas víctimas somos casi la totalidad de España unos porque le votaron y fueron engañados y otros porque no le votamos y sufrimos sus consecuencias. Salvo la Economía llevada a cabo por el Sr. Solbes con suficiente y demandada independencia el resto es un verdadero desastre. Un cúmulo de sandeces y estupideces que se hacen irresistibles: Ley de matrimonio gay, negociación con ETA, privilegios a Cataluña con su nuevo estatuto, excarcelación del asesino De Juana Chaos, retirada de estatuas de Franco, homenajes extemporáneos a Santiago Carrillo, política internacional realmente deprimente con su “Alianza de Civilizaciones” y excesiva amistad con gobiernos como el de Cuba y Venezuela, etc. etc. Y lo peor de todo el firme deseo de ir destruyendo España movido por el ideal republicano del federalismo. ¡Por Dios! Sr. Zapatero si le queda algo de dignidad, o al menos por lo que tanto recuerda usted a su abuelito, por favor dimita. Y nada más. Hasta la próxima vez. Agur

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TITULO: Lo bueno dura poco

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