27 abril 2007

VOX POPULI, VOX DEI

Queridos todos:

La última colectiva data del 4 de Marzo pasado. Me dije que no volvería a escribir salvo recibir expreso deseo de mis lectores en hacerlo. Ha tardado, pero mis fieles contertulios semanales en el “Café del Artista” me la han solicitado un tanto a guisa de reto decorado con algo de coña. Por su parte, mis virtuales lectores, los que deambulan por el ciberespacio, permanecen mudos, no se si de asombro o de alivio… Pues bien, comenzaré esta recordando que el siguiente día a mi última, el 5 de Marzo, la República de Manolia cumplía dos años de haber sido fundada: “LABRA Y ATARNA RAPABLACA DA MANALA”

No hubo festejos ostentosos que deteriorasen el Erario Nacional; solo un brindis con un modesto y casto Pacharán y la consideración, que fue aprobada, de cambiar su nombre oficial: En lugar de República palabra derivada de aquello de la “Res-pública” y en consideración a que aquí no hay nada público, pues entonces pasar de inmediato a denominarse oficialmente “Reprivada” pues cuanta “res” por aquí hay, privada es y no pública; y además, su forma de Gobierno una Monarquía pues una cosa son los asuntos “res” y otra la forma de gobernarlos, en nuestro caso y a partir de ahora, monárquicamente. Habiéndose establecido estas novísimas, y actuando en consecuencia, de manera humilde e irresistible acepté mi nombramiento como Manuel I (y último) Rey de la “LABRA Y ATARNA RAPRAVADA MANARQA DA MANALA” Hubo a continuación una agradable conversación entre los presentes en donde destacó el tema de la Democracia que me permito compartir dada su actualidad:

Platón, en su Carta Séptima nos habla de su activa participación en los movimientos políticos de su juventud. Siempre confió en el restablecimiento del derecho y la justicia, a pesar de las sucesivas etapas de controversias políticas en la Grecia de los siglos V y IV a.C., sobre todo a raíz de la llegada de su tío Critias al poder, pero los acontecimientos subsiguientes fueron aún peores que los anteriores, y lo que más repugnancia le produjo fue el intento de los que detentaban el poder de convertir a Sócrates en instrumento de su terrorismo. Tras la caída de los tiranos y la reinstauración de la democracia él estaba dispuesto, más que nunca, a entenderse y colaborar con ella, pero la muerte de Sócrates, personaje insigne y fiel reflejo de la vida justa, gracias a una sentencia judicial, le hizo comprender que la política de su ciudad distaba mucho de sus planteamientos políticos.

Por ello, desarrolla una muy viva crítica a la democracia basándose fundamentalmente en los siguientes argumentos: 1- la masa popular, el tan mentado y peor utilizado “pueblo” es lo más parecido que hay a una bestia esclava de sus pasiones, mezquindades e intereses pasajeros; sensible a la adulación, inconstante en sus amores y odios. Por ello, confiarle la soberanía es aceptar la tiranía de un ser incapaz de la menor reflexión lógica y rigor académico. 2- Cuando “El Pueblo” elige a sus magistrados, lo hace en función de unas competencias o habilidades que cree haber observado (como oratoria, aspecto físico, grado de simpatía, si tiene bigotitos o no, talante sonriente…) en ellos e infiere de esos “aspectos observados” la capacidad política del candidato a ser elegido. 3- Las discusiones en la Asamblea, Congreso, Cortes, Senado, o como se le quiera llamar, no son más que disputas que oponen opiniones “subjetivas e inconsistentes” de personas tan alejadas de la realidad, que incluso llegan a desconocer cuanto vale una taza de café. Discusiones, por otra parte, con tantas contradicciones y lagunas que se traducen en insuficiencia e ineficacia, algo así, como una especie de masturbación verborreico-mental inorgásmica.

La democracia de la época griega, basada en la participación de todos los hombres en los fundamentos de la convivencia, en que la ley y la costumbre son convencionales pero no contrarias a la naturaleza, no casó del todo con el ideal político platónico, según el cual la Ciudad Ideal se configura como una aristocracia basada en las aptitudes naturales de cada clase y en la educación apropiada que recibe. El problema es la formación de los gobernantes que dirijan la ciudad, pues tienen que llegar al conocimiento de las Ideas, hecho que solo pueden realizar los filósofos, para impartir justicia e implantar la idea del Bien, en la que se debe instruir a los ciudadanos. En resumen, para el filósofo griego, el mejor de los sistemas políticos conocidos, la democracia, es ingobernable e ingobernante. Su desorden intrínsico conduce al más abyecto y despreciable de los gobiernos: la tiranía y fomenta la inmoralidad de cada individuo. Esta argumentación plantea un problema político capital: el de la relación entre el Saber y el Poder. Yo ampliaría esa relación incluyendo un elemento más: la Moral. Basta observar lo que ha sido y lo que son las actuales democracias de muchos países, principalmente los latinoamericanos, para darnos cuenta de la importancia de ese tercer elemento en el juego político.

Otro aspecto muy criticable de la mayoría de las democracias vigentes en nuestro mundo es la poca fe que se tienen ellas a sí mismas: Los ciudadanos (viene de Ciudad -> Platón puro y duro) se agrupan políticamente hablando en partidos y estos proponen y realizan lo que supuestamente desean sus copartidarios. Pero el partido político, sea de izquierdas o de derechas es internamente el peor ejemplo de democracia que pueda observarse, para después ¡Oh contradicción! ser el instrumento político que la ejerza. Y ya sabemos que “nadie da lo que no tiene”. ¿Cómo se manifiesta esta antidemocracia en el seno de los partidos? Muy sencillo, en la forma como internamente se gobiernan. En la Venezuela de la nefasta cuarta república, en los dos grandes partidos, gobernaban pequeños grupos de dirigentes “cogollos” hablando en criollo, que hacían y deshacían a total discreción y antojo. Basta para ello recordar el social-demócrata CEN de Acción Democrática y al nunca bien ponderado Dr. Caldera en su partido social-cristiano COPEI.

En España estructuralmente hablando, la cosa no varia mucho, en el sentido de la falta de democracia interna de los Partidos. ¿Fue acaso elegido con votaciones internas en el PP el Sr. Rajoy para ser el candidato de su partido a les Elecciones Generales? ¿Lo fue acaso en el PSOE el Sr. Zapatero? ¿Cuántos fueron los invitados a dar su voto en cada partido? Ambos candidatos están ahí como lamentable resultado de muchas pugnas e intrigas internas muy alejadas del verdadero espíritu democrático. Más aún, para las próximas elecciones Comunitarias y Municipales del venidero 27 de Mayo ya se han elaborado “las listas” que acompañan a los candidatos a Presidente de Comunidad y Alcalde de cada Municipio. ¿Quién eligió a los integrantes de esas listas? ¿Fue acaso una libérrima elección de los integrantes de cada partido? ¿Fue acaso de los copartidarios de cada Comunidad?

En el mercado, días atrás escuchaba a una típica castellana de culo gordo, arreglado atuendo, mirada ágil y adiestrada a la crítica e inquieta conversación decirle a su amiga, otro ejemplar de por si muy castizo, para no entrar en detalles, sus decisiones políticas: -“Pues a mí Gallardón me parece muy majo y le voy a votar…” Resulta pues, que esas dos respetables y redondas consumidoras votarán por Gallardón (algo que también haré yo aunque por otros motivos) porque les resultaba “majo” ¡para que después digan que Platón estaba en el Hiperuranio...! Y además votarán, cosa que probablemente ignoran, por las listas del susomentado, desconociendo completamente el grado de sapiencia y moral de esos buenos desconocidos que antidemocráticamente elegidos integran dichas listas. Como completamente desconocido era para la ciudad de Madrid ese valiente candidato impuesto “democráticamente” por Zapatero a competir en las urnas por la Alcaldía de la capital de España, que todavía hoy, para un inmenso porcentaje de los habitantes de Madrid, Don Miguel Sebastián es una interrogante mayúscula; a quien gustosamente quizás le votaría, no para Alcalde, pero si para Ministro de Fomento dada, su sólida sapiencia en el campo de la Economía Liberal, si bien su calidad moral se tendría que evidenciar, en caso de que algún día se aclare la reciente acusación que le hizo el Sr. Conthe, en el sonado caso de la OPA a Endesa, sobre ciertas presiones a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores), muy reñidas con la Economía de Libre Mercado y la sindéresis del político buen hacer.

Quizás por lo dicho hasta el momento siempre se dice que “todo pueblo tiene el gobierno que se merece” ¡Qué temeridad tan grande! Pero en principio lo peor del sistema democrático de España está 1º en la inmensa mayoría que no vota (a lo mejor es mejor que nunca lo haga) y 2º que después de haber votado los que si votan según los prolegómenos antes dichos, se encuentran con el hecho que aunque su candidato elegido haya logrado el mayor número de votos, puede para colmo que no quede gobernando pues siempre habrá un partidillo con una representación menor del 5% de la población capaz de aliarse con el segundo más votado y así formar el gobierno. Debido a esto, hoy por hoy en España para que gobierne el Partido Popular prácticamente ha de obtener en las urnas la mayoría absoluta, de lo contrario una alianza del PSOE con cualquiera de los partidos nacionalistas y minoritarios, (que pasan una gruesa factura política al socialismo ibérico) puede dar al trasto con la decisión de más de 10 millones de electores.

Al menos la Democracia tiene la ventaja de ser un sistema que puede perfeccionarse si y solo si, se perfeccionan y aumentan las virtudes democráticas de los ciudadanos, quizás por eso Bernard Shaw una vez dijo: “La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección hecha merced a una mayoría incompetente.” Y en otra parte: “La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos”

Aprovechando el puente del 2 de Mayo, mañana salimos de viaje a Lisboa, daremos una vuelta por esa bella capital y así como prometo no leer ninguna prensa, prometo tomar muchas fotos cuya visión y disfrute les haré llegar oportunamente. Nos vamos en coche, serán 7 horas de viaje que me dan la oportunidad de meditar durante el trayecto aquello que le escribió Alcuino de York en una carta a Carlomagno: “la voz del pueblo es la voz de Dios”. ¡Tiene tela! Un fuerte abrazo. Agur

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TITULO: “la voz del pueblo es la voz de Dios”.

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