25 junio 2006

¡PROSIT!

Queridos todos:

Nuestra última colectiva data del pasado 3 de junio y hoy es 24 del mismo mes. En su oportunidad di cuenta de la imposibilidad de enviar la “cartica semanal” debido a las múltiples ocupaciones que como hongos silvestres aparecen, amenazantes y punzantes, todos los días. Como recordarán, en mi última misiva les hablaba sobre el tema de la gordura, y he de advertir que causó un gran impacto a mis lectores, principalmente lectoras, pues jamás había recibido tantas respuestas, todas ellas de apoyo (a excepción de uno) y con el ofrecimiento en firme de pertenecer a la propuesta ONG de “Gordos sin fronteras”. A todos ellos mi sincero agradecimiento, al tiempo que les pido no desmayen en su ánimo para continuar en nuestra lucha para que nos dejen comer en paz. De todas formas, a la voz disidente, al Thanatos socrático solo le responderé con profundo respeto, en esta ocasión, con esta hermosa frase de su tocayo Oscar Wilde: “Después de una buena comida se perdona todo, aún a los parientes.”

La comida es fundamental y prácticamente el motor de la economía y el pilar social de las comunicaciones. Es la conversación de todos los días en todas partes, unos a favor, otros en contra, otros hasta con fervor… La comida se ha transformado, incluso, en otro idioma, como muy bien lo narra Teresa Caballero cuando escribe sobre la vida de una pareja de casados y cito: “Si bien su conversación siempre había girado alrededor de la comida, de los ingredientes, las salsas, hortalizas o hierbas aromáticas, algunas veces mechaban con algún comentario del barrio, de la familia, de la situación general del país. Pero poco a poco el tema de conversación se fue reduciendo, estrechando, limitando a una sola y única cosa: la gastronomía. --"Un sobre de crema de hongos, medio litro de agua, medio litro de leche, una porción de champignons al natural, una tajada de jamón cocido, pimienta" quería decir: --"Gorda, me parece que tenemos que invitar a tu madre a comer el próximo domingo, no te olvides que fue el cumpleaños y no fuimos a verla" y --"Deshuesar totalmente un pollo crudo y cortarlo en rodajas, salpimentar. Agregar un poco de tomillo y macerarlo en coñac y oporto", era la contestación, que a su vez significaba: --"No tengo ganas de que venga mamá. La última vez se quejó porque las berenjenas estaban crudas". Se habían fabricado un diccionario tan insólito que los vecinos cuando presenciaban un diálogo entre ellos --por casualidad-- permanecían atónitos, perplejos. Los consideraban totalmente insanos. Alguno aventuró a anotar en una libretita los significados de ciertas palabras. Había descubierto, por ejemplo, que "hacer picadillo' quería decir "hace frío", y "cortar rodajitas", "hace calor". "Carne mechada" era "buenos días" y "huevos rellenos", "buenas noches". Y así siguiendo.”

En nuestra desgarrada España, en la invertebrada Iberia, la comida cobra un rol de primer orden pues los únicos elementos de unión no son la sangre, ni la historia, ni la raza como en cualquiera otra nación o pueblo; sino ¡el Jamón Ibérico y la tortilla de patatas! Ante esas Majestades Culinarias sucumbe todo “quisqui”: Zapatero con su desmayado y demodé mareo republicano-socialista junto con toda su estrategia federalista. Frente a unas buenas lonjas del que os conté al Ibarreche de pronto se le olvida el árbol de Guernica y cambia de rostro; toda una metamorfosis como de gusano a mariposa; de euzkogaztedi a maketo. A Carod Rovira más que más, incluso comienza a considerar que una buena foto de Franco no se vería tan mal en la sede de la “Generalitat”; no olvidemos que es hijo de guardia civil de origen estremeño, tierra noble y de muy buen jamón. Rajoy por su parte se pone más tonto que pinito cuando saborea un pincho de tortilla acompañada con chorizo y Aznar hace de las suyas explicando, en su torpe inglés, las bondades de esos manjares a Bush. Incluso los despreciables integrantes de ETA me cuentan que exigen en la cárcel su “cachos” de estos exquisitos platos de la eterna Hispania. ¡Si en el fondo las discusiones de partido y la de las Cortes no son otra cosa que un “a ver cómo arreglamos esto porque yo no solo no me quedo sin mi tortilla y mi jamón sino que además me los preparo a mi gusto”! y mientras todo ello ocurre, Su Serena Majestad, recluido en el Palacio de la Zarzuela, al tiempo que toca teclas muy sensibles en el clavecín del poder, ofrece su más esplendorosa y borbónica cara mientras degusta, vigilado de soslayo ¡qué coñazo! por Doña Sofía, una real ración de lonjas de pata negra de Huelva sublimemente entreverado… Y junto con él, como en un inmenso y mágico rito de concelebración millones de españoles que diariamente, a eso de las 11am, la hora del “almuerzo” litúrgicamente comen ante la barra de un bar su pincho de tortilla, realizando de esa manera el más entregado y profundo acto de comunión; entiéndase bien: “común unión” con el resto de sus hermanos de ésta la herida y mal querida piel de toro. Vemos así como la comida tiene no solo una palanca política más eficiente e importante que las Naciones Unidas sino el más poderoso aglutinante para el disperso, egoísta y personalista pueblo español. ¡Casi na!

Steve Lee Harris, la antigua compañera de estudios de Jeannette en Marymount (Terrytown, N.Y) que recientemente nos visitó, es también una defensora del buen comer; sobre todo de los quesos. Hacia mucho tiempo que mi esposa no sabía nada de sus antiguas compañeras. Un buen día la invité a que se diese de alta en el web de “Classmates” y de allí en adelante los contactos fueron surgiendo. En Abril hicieron una reunión allí en Nueva York, y Steve se anotó a visitar España pues no la conocía, a pesar de ser una incansable trotamundos. Se presentó con una buena cantidad de fotos y con muchas historias y recuerdos que contar. La vida de ese grupo de compañeras es un guión perfecto para una novela. Vidas muy intensas y llenas de aventuras; tan intensas, variadas y pendulares como de Madame Bovary a Mata-Hari, carreras profesionales brillantes y que abarcan la casi totalidad del planeta: de Australia a África, de Estados Unidos a Chile; de Europa al medio oriente. Curiosamente en días recientes hemos ubicado una compañera de ellas aquí en Madrid; Magdalena Blohm, también de Venezuela. Me cuentan que tuvieron una comida de lo más agradable.

El viernes 23 dejé a Steve en el aeropuerto y el sábado teníamos programada una visita al Parque Natural Hayedo de Tejera Negra. El viaje desde Alcalá de Henares es de unas dos horas y media y durante todo el camino se aprecia un paisaje espectacular bordado de generosa vegetación y pueblos muy característicos por el uso de la pizarra negra en sus techos y en los linderos de las propiedades. El Hayedo está situado en la vertiente meridional del macizo de Ayllón, en el término municipal de Cantalojas, (provincia de Guadalajara) limitado al norte por el río Lillas y la provincia de Segovia, al oeste por los Picos de la Buitrera, Alto del Cerrunalillo, Alto del Parrejón y Peña de la Silla, y al sur por la Peña de la Silla, Pico Granero, Peña de la Tiñosa y la Atalaya. En él abunda principalmente el haya, árbol de hoja caduca, pero también se observan tejos, (de donde le viene el nombre al parque) robles, abedules, acebos y varias clases de pinos de repoblación. El hayedo se considera un hábitat idóneo para el jabalí y el corzo, como grandes mamíferos y otros menores como zorros, gatos monteses, tejones, garduñas, topos y comadrejas. Las aves rapaces diurnas están representadas por águilas reales, milanos y azores.

Una vez allí tomamos la que se denomina “La senda de las carretas” que es el itinerario principal. La salida está en el aparcamiento, y a partir de ahí seguimos la orilla izquierda del Lillas, entre pastizales y pinos. En el punto en que un arroyo vierte sus aguas sobre el Lillas, giramos a la izquierda, hacia el corazón del bosque. El camino se hace entonces empinado. Si el guía te lo permite, lo mejor es tomárselo con calma y disfrutar del entorno, del brezal, los robles, los helechos y de la peculiar arquitectura de las carboneras (la obtención del carbón a partir de la madera era un uso recurrente y tradicional). En Tejera Negra llueve mucho, más que en los alrededores, pero irregularmente. Quizás por ello no nos libramos de una buena lluvia cuando ya descendíamos al punto de donde partimos. Afortunadamente, la ascensión termina y deja paso otra vez a la izquierda a una senda ecológica que permite recobrar la respiración y saborear el paisaje: ejemplares de saúco, tejo, mostajo, jara y, por supuesto, de haya. El regreso, es todo cuesta abajo, y nos entrega un último regalo: una vista maravillosa de la sierra y del valle del río Zarzas.

El domingo 18 estuvieron en casa Oscar junto con Graciela y Magaly. Esta última hija de alemán y venezolana y actualmente profesora e investigadora en Boston. Fue una reunión muy agradable en donde salieron a relucir los típicos temas de política: Chávez y Zapatero y de las actividades de cada uno de nosotros. Magaly parece que se quedará un año en Madrid haciendo sus investigaciones sobre el proceso de desertización de España. A ella le comenté que días atrás tuve la gran sorpresa de ver nuestra terraza llena de un polvo muy blanco el cual no era otra cosa que arena del Sahara. Ella me respondió que esas nubes de arena han llegado hasta Colonia en Alemania. Su conversación vino muy apropiada, ahora cuando ya comenzó el verano, y este año lo ha hecho con marcada alevosía: 40º tenemos en el momento que escribo estas letras. Las consecuencias inmediatas son aparte de las avalanchas de turistas a las costas, la profundización de la sequía en España y la aceleración en el proceso de desertización de la península. El agua es un grave problema en este país y su consumo se reparte así: Regadío el 80%. Abastecimiento a núcleos urbanos, el 14% y la Industria el 6%. El uso urbano se prevé que aumente por el desarrollo del turismo, precisamente allí en las zonas donde el agua es más escasa y se emplea con finalidades de ocio (zonas verdes, piscinas, campos de golf, etc.) El agua no es ni de izquierdas ni de derechas. Es un bien fundamental. Y duela a quien le duela, los dos políticos que más interés mostraron a este problema fueron Emilio Castelar y Francisco Franco que construyó la red de pantanos (represas) de la España de hoy. Los del PP abogaron por el trasvase del Ebro y ahora los del PSOE, para irritar, abogan por plantas desalinizadoras. Todavía no he visto que se lleve a cabo ninguna de las dos soluciones propuestas. Yo abogo por ambas cosas a la vez, dada la emergencia de agua en España, si bien cabe advertirse, que esta sequía no existiría si se logra evitar las pérdidas en la distribución que se estiman entre el 50% y el 70% del agua que se extrae, y causadas por la evaporación, fugas, despilfarros y otros motivos.

Pues bien, en la República de Manolia ya hemos puesto los correctivos ahorradores de agua desde hace más de un año. Pero veo que los vecinos, llenando sus piscinitas hacen poco caso al tema. Por ello, me cabreo y me levanto para preparar una fabulosa tortilla de patatas aderezada con chorizo. Buen provecho a todos y hasta la semana que viene y a ver hasta donde llega España en este mundial. Agur

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TITULO: ¡Que aproveche!

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