Queridos todos:
Cada vez que me acuerdo me admiro más. Y en verdad puedo decir que ya estoy cansado, muy cansado de “poner” tantas casas y similares. Antes de casarnos tuve el atrevimiento de diseñar la casa en la que íbamos a vivir en nuestra hacienda, digo “nuestra” porque así la sentía yo que era un advenedizo. De Tarita (Nombre de la hacienda) me vienen muy bellos recuerdos. Pero uno que siempre me viene a la cabeza y que no es tan bello, es la lucha que tuve con el constructor de nuestra casa, el italiano Maoirello, especie de Sancho Panza de la construcción, que tardó en terminar la casa como si estuviese haciendo la Catedral de Burgos. De allí, mi suegro, el General Néstor Prato, no se si como reconocimiento o para fastidiarme, me encomendó “refaccionar” el Ranchón o casona de la hacienda, para hacerlo más confortable. Fue una labor que disfruté y en la que aprendí a “negociar” mis ideas con las del General y el resto de la familia sobre todo con mi suegra “Doña Taya” que un día decía una cosa y al rato otra. El General me daba una mirada cómplice, y se reía… Muchos planos en papel y en mente para llevar a cabo la última casa de los Prato-Martínez. Una vez terminada íbamos de vacaciones las ¡seis familias! Después le tocó el turno a nuestro apartamento de la Urbanización San Luis. No hubo cambios estructurales pero si un profundo “Make-up” que lo dejo realmente bonito. Para el concepto venezolano era pequeño (90m2) y Federico estaba por nacer. En menos de un par de años, decidimos mudarnos a la Boyera (este término no significa lo mismo en Venezuela que en España pues aquí se entiende como lesbiana) En esa oportunidad, como en San Luis, nuevamente a la carga con el taladro, martillo, tacos (ramplús) y maderas arriba y abajo para hacer los arreglos y acomodos pertinentes. Cuando ya parecía que todo estaba calmado, se nos ocurrió comprar un apartamento en Huelva, España, en la playa de Mazagón, con vista al mar… ¡qué precioso espectáculo de luz, gaviotas y barcos entrando y saliendo al puerto veíamos desde el comedor mientras nos desayunábamos! y por supuesto, nuevamente a comprar muebles, menaje, poner una chimenea, y a la carga con el taladro, martillo, tacos y maderas arriba y abajo para hacer los arreglos y acomodos pertinentes… Siempre tuve la presión externa de mudanza a una quinta (Chalet) y miren ustedes por donde, cuando después de mucho esfuerzo (tenía dos trabajos: El del Banco BND y clases por la tarde) terminé de pagar la hipoteca del piso de Residencias Parque Aragüaney en la Boyera, casi al día siguiente, estábamos buscando una quinta. La encontramos en Lomas de Prados del Este y la bautizamos “Villadiego”, y por supuesto, nuevamente una mudanza, comprar mas muebles, poner una cocina americana, y a la carga con el taladro, martillo, tacos y maderas arriba y abajo para hacer los arreglos y acomodos pertinentes… Pasados dos años de vivir en ese chalet me destinan (el Banco Provincial) a su Oficina Corporativa en Valencia (Venezuela). Los 6 primeros meses los viví en la grata compañía de la familia de Octavio en su hermosa casa de la Viña. Después alquilé una casa “Nes-Mar” en la misma urbanización y por supuesto, nuevamente a lidiar con otra mudanza y con el taladro, martillo, tacos y maderas arriba y abajo para hacer los arreglos y acomodos pertinentes… El máximo evento ocurre cuando nos compramos la casa de Guaparo. Ahí hice una remodelación a fondo. Solo respeté la estructura y el techo. Del resto todo era nuevo así como su distribución. Creo que hice un buen trabajo, al menos esos son los comentarios que me han llegado, pero les juro, que fue tanta la lucha, que una vez terminada, le tenía tanta “arrechera” (rabia, cabreo) a la casa que de buena gana le hubiese prendido fuego. No solo fue diseño y lidiar con trabajadores esquivos y tramposos sino con el italiano maestro de obra que es un siciliano en toda su profundidad, sino que después de mudados a ella, no me ahorré el taladro, martillo, tacos y maderas arriba y abajo para hacer los arreglos y acomodos pertinentes… Paralelamente, adquirimos un local comercial y al tiempo, el apartamento en Residencias Caribe en Tucacas en los que también “metí el pecho” con el taladro, martillo, tacos etc. etc… Cuando ya parecía que la tormenta inmobiliaria estaba calmada, adquirimos tres apartamentos en Torres Blancas de Valencia y uno en el Centro Solano de Caracas. Los equipamos y lógicamente otra vez el taladro, martillo, tacos y maderas que te persiguen como alma en pena… ¡Pero Dios mío! ¡Qué delito cometí para tener que cumplir semejante castigo…! De Valencia nos mudamos nuevamente a Caracas. Allí se realizaron ¡tres mudanzas más…! una a Altamira otra a Terrazas del Club Hípico y la otra a nuestro antiguo barrio, Lomas de Prados del Este. Y ya saben… en todas ellas a comprar/refaccionar muebles, y a la carga con el taladro, martillo, tacos y maderas arriba y abajo para hacer los arreglos y acomodos pertinentes… ¡Non é posibile! Pues bien, llegó Chávez al poder motivo suficiente para huir. Afortunadamente, compré una casa. La de Alcalá –o sea la República de Manolia- y menos mal que tengo un vecino, que es mucha la ayuda que me ha dado con el taladro, martillo, tacos, tuberías, cableado, aires acondicionados, caldera y maderas –que nunca faltan- arriba y abajo para hacer los arreglos y acomodos pertinentes… y ¡el colmo! en estos momentos estoy lidiando con La Guardería con el taladro en mano… En una anterior Colectiva decía que la envidia es el principal pecado de los españoles. Y en mi es cierto, si bien aclaro que solo envidio a todos aquellos que no han tenido que mudarse jamás o muy pocas veces, o muy pocas veces han tenidos “otros inmuebles” por acomodar… Envidio a German y Josefina y a Gonzalo que solo se han mudado 2 veces, y a varios primos míos que ¡jamás se han mudado! Les juro por lo más sagrado: ESTOY CANSADO y tengo mis fundados temores…
Pasando a otro asunto. El viernes tuvimos la grata visita de Luis Raúl Castañeda y su esposa Beatriz. Son una pareja encantadora, así como el resto de la familia Castañeda, hoy en día prácticamente mudados de La Lagunita (Caracas) a Madrid. Luis Raúl recientemente compró una casa en Aljete y la está refaccionando. Cuando empezó a contarme todo lo que estaba haciendo casi me da vértigo… ya sabrán el por qué. Estuvieron viendo la Guardería, cuyo nombre oficial es “La Garena Nursery School” (www.garenaschool.com) y quedaron encantados. Algún proyecto en común se asomó durante la reunión. Pero la mayor alegría fue cuando les di el teléfono y dirección de los chicos venezolanos que montaron una fábrica de “tequeños”. Los hacen fabulosos y no tienen nada que envidiar a los del Club Náutico de Maracaibo, ¡Qué molleja primo! Mi hijo Manuel se llevó en su oportunidad un par de docenas a Londres… ya ven que no nos privamos de nada, pues en Madrid hoy en día pueden adquirirse todos los productos que solíamos comer en Venezuela.
El calor en Madrid aprieta cada día más. Parece que este verano va a ser uno de los mas fuertes que se conozcan. La diferencia con Venezuela esta en que las temperaturas entre el día y la noche tienen más de 10 grados de diferencia, lo cual nos permite, todavía, dormir sin tanto sofoco o necesidad de encender el Aire Acondicionado. De todas maneras las reservas de agua de España están en mínimos preocupantes, y las autoridades, quizás para no generar alarma, no han querido declararlo abiertamente. En España las casas no tienen tanque (depósito) de agua, y cuando se raciona es igual para todo el mundo. Nosotros estamos utilizando mucho menos agua, gracias a algunos artilugios que he implantado y que sin que se note la disminución del consumo, hoy estamos ahorrando agua (aproximadamente 4 mil litros anuales 11 litros/día). Muchos ciudadanos están aplicando lo mismo en sus casas, para ayudar a racionar el precioso líquido durante esta devastadora sequía que nos amenaza. Pero no importa, El Ebro que siga su rumbo al mar…
Para terminar, quiero tocar el caso de Bolivia. Pronto veremos al chavista-fidelista Evo Morales como Presidente de aquella Nación. Ya he escuchado en los noticieros de aquí, sobre el aporte económico de Chávez –dinero de todos los venezolanos- a la causa revolucionaria del trasnochado marxista-indigenista Evo Morales. Cuando ese ignorante asuma la Presidencia, ocurrirá nuevamente lo mismo: Nuevos ricos, más corrupción, más miseria y mucha verborrea “izquierdista ultrosa”. Es decir, como reza el refrán venezolano: “El mismo musiú con distinta cachimba” No saben gobernar. Tomemos como ejemplo un país inventado, llamémosle Nigerzuela, país Latino-africano e importante productor de petróleo. Es un país con 20 millones de habitantes con una renta per capita de 3000 dólares/año. Este país, con una ingente renta petrolera tiene una pobreza del 80% de sus habitantes, pero pobreza de solemnidad. El siguiente cuadro muestra como el 20% de la población tiene el 80% de la renta.
Cualquier parecido con algún país de la realidad no es mera coincidencia, es incluso una verdadera desgracia. El hecho esta en que con 3000 dólares/año/habitante es una verdadera pobreza que apenas logra un mal nivel de subsistencia. Normalmente, estos países son gobernados por cantamañanas de todos los colores desde la derecha o “Cuarta República” a la chillona izquierda tropical. Los hay que buscan “hacer justicia” empobreciendo a todos. Otros buscan solo aumentar el beneficio de su cogollo clientelar del 2% o menos de la población y los más hacen las dos cosas al mismo tiempo. Una vez mas un desplazamiento de gentes de una clase a otra pero sin aumento del Ingreso y sin disminución de la pobreza. El punto esta en generar mayor riqueza, y que esta llegue a la mayoría de la población, no solo por vía petrolera sino por la producción de bienes y servicios para consumo exterior principalmente y mínimamente local, pues Nigerzuela no tiene una población con un nivel de consumo aceptable. Pero claro, los problemas de debilidad de las Instituciones, el nepotismo reinante, el alto grado de corrupción y la poca transparencia en las finanzas de Nigerzuela impiden la inversión necesaria de capitales tanto interna como externa para generar mas bienes y servicios, más puestos de trabajo, y por ende más capacidad de compra en su población: la pescadilla que se muerde la cola. ¿Entenderán esto algún día esos “gobernantes”? Y nada más, cojo mis bártulos y me voy a la Guardería a seguir trabajando pues abrimos la semana de arriba. Un fuerte abrazo a todos. ¡Joder qué cansancio de taladro…!
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TITULO: Que las cosas permanezcan tal cual están
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