Queridos todos:
Quiero empezar esta misiva con esa frase de Séneca que en castellano se traduce como “Es más fácil entender las partes que entenderlo todo” Sin embargo, cuando vemos a un ser humano cualquiera, le vemos en su totalidad física, y nos parece uno y solo uno. Vemos y creemos conocer su todo; pero, cuando ese ser habla y actúa, nos damos cuenta que es una caja llena de contradicciones un ser demente, un mono demente, como genialmente escribió y describió Albert von Szent-Györgyi premio Nóbel de medicina del 1937. Me da por pensar que cada ser humano lleva en su interior un contrabando de seres, integrantes de él, y de muy difícil adivinación. Por eso las múltiples expresiones de asombro ante personajes o conocidos en quienes notamos cambios notables y frecuentes en distintas circunstancias.
Un caso, a guisa de ejemplo, fue Rousseau, el de la idea que el hombre es bueno por naturaleza. Su pensamiento tuvo mucha influencia en la Revolución Francesa y una de sus obras, esta vez educativa, el Emilio, no tiene nada que ver con su acción cuando entregó a su hijo a la Inclusa… Así vemos en Rousseau, entre los miles de seres que debió tener, un ser pensante y otro maléfico y práctico. Uno capaz de pensar y escribir obras como el Contrato social y la antes citada, y el otro capaz de abandonar a su criatura, y por ese hecho, no ser educado de acuerdo con los planteamientos del pensante sino “opositum per diametrum” serlo con las abyectas normas de la Inclusa.
Y es que a juzgar por lo que observamos, somos una cofradía dispersa, antagónica y hasta cachonda de seres cuyo punto de partida cognoscitivo descansa en la unidad de cada persona. Es decir, en términos de Marketing, en el empaquetamiento del producto final. Aquella frase según la cual de “sabio, poeta y loco todo el mundo tiene un poco” en realidad es que al menos hay un sabio un poeta y un loco en cada uno de nosotros. Y junto con ellos hay un tipo de derechas y otro de izquierdas y uno de fe y creyente junto con otro racional y agnóstico; y uno pacífico junto con uno violento… y otros tantos cualesquiera y sus respectivos contrarios. Y a quien un psicoanalista suele llamar “sano” es a ese que sabe que no es otra cosa que una tropa de seres y tiene el mérito de poder convivir con ella al tiempo que exponerla de manera temible y tremenda al medio circundante…
Por lo anterior, no entiendo porqué llaman “misterio” a la Santísima Trinidad y que además sea visto como algo tan complicado e inentendible: Dios es uno y trino es decir, varios seres en uno ¿no es eso algo obvio? Unamuno aboga que incluso existe una cuasi cuarta persona que sería la Virgen maría y creo que debe tener razón. Por eso al crearnos Dios nos hizo a su imagen y semejanza, es decir, lleno de seres; de tantos, diría yo, como el 7mo. De caballería y además nos encarno para que esa multitud sea uno: “ut unum sint” y que tenga conciencia y que se crea que su conciencia es él si bien es de todos esos seres constituyentes del “homo múltiple” Pues eso… y como se dice por aquí por las Españas “que va a ser que si”.
Esto explica el porqué vemos a gente muy racional que prende velas a los santos, y a santos que odian profundamente al prójimo, y a científicos que creen en el gafe (la pava) y a políticos (hijos de p… consagrados) que actúan de acuerdo con las predicciones de la astrología… y a brujos asistiendo al consultorio de un médico y a sacerdotes ateos… y a madres que matan a sus hijos y a ganadores que hacen trampa y a honestos que envidian al villano. Ese barro que Dios tomó para formar el hombre ¿qué era? ¿Cómo era su textura? ¿Su color? ¿Su olor? Sobre todo su olor… ¿Era verdaderamente barro?
Sin ir más lejos, hay en mi un ser que sabe y me prueba que la probabilidad matemática de yo ganar el cupón del viernes que la Once rifa semanalmente por 6 millones de euros es prácticamente imposible. Pero hay otro ser en mi interior contrincante con el primero, que me dice que no existe mejor candidato para ganarlo que yo. ¿Y por qué? Pues porque soy muy majo, y porque nunca me lo he sacado y porque no es del todo imposible porque hay quien lo gana y porque, y porque y porque… Y voy y lo compro. Inmediatamente salta otro de esos mis seres interiores y me recrimina de manera violenta y hasta me llama pendejo por haber “invertido” 2,5 euros (Bs. 10 mil) en ese cupón, mientras que otro de esos seres paralelamente, como en una discusión digna de la casa de Bernarda Alba comienza a hacer inversiones, compra allí y vende acullá, organiza mi jubilación, realiza pagos, donativos, en fin, toda una macro estrategia financiera de cómo será utilizada esa muy decente cantidad de dinero. Así, con esa tormenta interior este pasado viernes me retiré de la taquilla del cieguito del Paseo de la Habana con el cupón Nº 45166 número de una preciosidad cabalística insuperable y de la serie 016 ¡ambos terminados en 6!. Hoy en la mañana, Jeannette me invita a ver el resultado y el cupón ganador fue el Nº 97202 de la serie 032. Ya ven que no gané y empezó toda esa comunidad interior a hablar y dar sus opiniones… y de ellos uno que me irritó profundamente cuando me dijo: -te dije que no ibas a ganar… es más fíjate que no acertaste ni un solo número ya sea de la serie ya sea del cupón. Un ejemplo más de la infalible Ley de Murphy. Otro de mis habitantes, con una imprudencia insufrible, entró al cotarro y me dejó inquieto después de preguntarme; -¿No hay algún premio para quien no acierta ni siquiera un número? ¡Eso tiene también su mérito! Y yo pensé: ¡será cabrón!
Nadie es singular y con ellos vivimos nos movemos y somos…, eso, somos la resultante de la lucha entre ellos. Como en toda pandilla, los hay quienes dominan sobre los demás y a lo mejor esta es la causa del llamado carácter de las personas… el simpático, el amargao, el lógico, el pavoso, el cariñoso, el serio… El abuelo Don Benigno “de felice recordación” tenía en su maravillosa biblioteca de Baltasar Gracián un libro que me llamó mucho la atención. Era sobre el cuadro expuesto en nuestro Museo del Prado “El jardín de las delicias” de El Bosco (Bosch Hieronymous) pintado en 1503 y que pueden ver pinchando aquí: www.spanisharts.com/prado/bosch.htm. Como recordarán este cuadro es un tríptico lleno de personajes y situaciones increíbles aún hoy en día. Es tanto lo que muestra que se pueden pasar días enteros detallándolo, de la misma manera que lo detallaba el libro del abuelo. Me encontraba una vez en El Prado contemplando esta obra, cosa que siempre hago cuando visito El museo, cuando de pronto me importunó una tropa de turistas con su escandalillo de rigor. El guía después de una torpe introducción al autor y su obra preguntó a los presentes cuantos personajes habían en la obra. Por supuesto nadie lo sabía; yo incluido. No recuerdo bien la cifra, solo que me sorprendió su número, pues pasan de mil. Hoy en día y a la luz de lo que estamos hablando, me pregunto si su autor no hizo otra cosa que autorretratarse. ¿Fue El Bosco un premonitor de esta teoría, así como lo fue 400 años antes del surrealismo? No me extrañaría.
Quizás esto explique la presencia de endemoniados como se cuenta en el evangelio e incluso en producciones recientes del cine de masas. Es que desde luego más de uno de esos seres interiores han de ser demonios y mas que demonios. Tiranuelos que quieren hacer de las suyas controlando al resto de sus compañeros y a veces lo logran para así justificar la presencia del exorcista y por extensión los cursos sobre exorcismo que últimamente se están vendiendo en una universidad vaticana. Tengo en mente a más de uno que debería ser exorcizado, pero la prudencia y el deseo de no hablar de temas de índole política en esta misiva me impiden nombrar. Pero ojo pelao porque hay mucho endemoniado suelto por esos mundos de Dios fomentando la desgracia a diestra y siniestra, sobre todo a siniestra y prometiendo un alba sin aclarar de que clase y metiéndose de manera peligrosa con la Economía en aquellas zonas de su influencia. Grave error. La Economía es una sola y los que la tocan suelen quemarse ellos y achicharrar al resto.
¿Y para qué les cuento toda esta fantasmagoría? Para darles un poco de paz y de cohesión interna para que las inquietudes que nos generan ese ejército desordenado de entes que nos constituyen se mantengan en perspectiva y guardando su real dimensión tanto física como metafísica sea esta de naturaleza parecida a un aquelarre goyesco o una zarzuela.
Hablando de zarzuela, les cuento que en esta semana invité a mis mujeres (Jeannette e Isabel) a ver un par de ellas: “La Verbena de la paloma” y “Gigantes y cabezudos”. Mi padre, familiarmente conocido por “el loco” fue el que me envenenó con este género a través de los discos de acetato de 33 1/3 rpm de la casa Montilla. Eran una verdadera joya de la cual me tuve que deshacer al regresar a España. Tenía interés especial de en la primera oportunidad llevar a nuestra hija a ver su primera zarzuela, la cual disfrutó sobremanera. El lugar de representación era el Teatro La Latina en la muy castiza Plaza de la Cebada, en medio del Madrid de los Austrias. Para disfrutar aun más la oportunidad nos fuimos caminando desde la Puerta del Sol, pasando por callejuelas preñadas de historia y encanto hasta llegar bajando por la calle de Toledo. Entramos antes del performance a un bar de copas de esos con columnas y espejos para sentarnos y tomarnos unas cervecitas acompañadas de unas suculentas tapas de montaditos de sardinillas en aceite… ¿qué quieres que te diga? Una maravilla de pequeños placeres que solo una ciudad como Madrid ofrece por doquier. Una vez de regreso a casa iba yo con mis chulapas cantando aquello de:
“Una rubia y una morena, hijas del pueblo de Madrid
Me dan el opio con tal gracia que no las puedo resistir…”
Y nada más un fuerte abrazo para todos y hasta la semana que viene si mi comunidad de seres me lo permite y no hay conflicto en ello.
TITULO: Es más fácil entender las partes que entenderlo todo. -Séneca-